EDIZIONES, 1 oct.
Eran las 13:14:40 horas del 19 de setiembre de 2017 cuando un terremoto de 7,1, en la escala Ritcher, azotó el estado de Puebla, en México. En ese preciso momento, el doctor David Arellano, jefe del Departamento de Cirugía Cardíaca Pediátrica, y su equipo de cirugía se encontraban en la séptima planta del Centro Médico La Raza, operando a corazón abierto a un recién nacido.
Ha pasado un año de aquello, pero las imágenes de lo que sucedió dentro del quirófano aquel día han vuelto a dar la vuelta al mundo, con motivo del aniversario de una catástrofe que la casualidad quiso que se repitiera 32 años después de que otro sismo de gran magnitud devastara la Ciudad de México un 19 de septiembre de 1985.
(Atención: Las imágenes pueden herir la sensibilidad del lector)
Cuando el terremoto sacudió México, el quirófano del doctor Arellano tembló con él. El temple, la concentración y la profesionalidad hicieron que tanto Arellano como el resto se olvidaran del sismo y se mantuvieran concentrados en que la máquina que bombeaba sangre a todo el cuerpo del paciente en sustitución del corazón continuara funcionando. Algo vital en este tipo de cirugías, que no se pueden interrumpir ni por un terremoto.
Y no solo eso. En las imágenes que se han hecho virales se puede escuchar en alguna ocasión a Arellano pedir la calma y rezar para que todo pasase lo más rápido posible y continuar. De hecho, la operación continuó en cuanto el edificio dejó de tambalearse.
"Si uno cae en el ambiente de pánico, probablemente haga tonterías, y lo que nos ayudó fue saber que teníamos nuevamente una enferma conectada a una máquina", contó el doctor para Expansión México en su día.
La operación de aquel día concluyó con éxito, aunque no fue la única. Días antes, el siete de septiembre de 2017, cuando otro terremoto -esta vez de magnitud 8,2- sacudió Chiapas, el doctor Arellano y su equipo de cirugía también tuvieron que lidiar con los temblores y con otra operación a corazón abierto a una niña de 9 años que acudió de urgencias con una insuficiencia cardíaca severa al Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, en Ciudad de México.
En esa ocasión, la cirugía también fue completada con éxito y la paciente logró recuperarse.
Tanto los padres del recién nacido, como los de la niña de 9 años agradecieron a los profesionales su labor, su profesionalidad, su empatía con la situación y su calma.
