Draghi desoye a la Defensora del Pueblo Europeo y seguirá en el G-30

Publicado: miércoles, 18 abril 2018 17:36

FRÁNCFORT (ALEMANIA), 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, continuará formando parte del Grupo de los Treinta o G-30, un club privado formado por representantes de bancos centrales, personalidades del mundo de las finanzas y académicos, en contra de la opinión de la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, quien considera que pertenecer a dicha organización menoscaba la confianza pública en la independencia del instituto emisor.

"El BCE sigue considerando la membresía del G-30 del presidente totalmente compatible con la independencia, reputación e integridad de la institución y, lo que es más importante, considera que no conlleva ningún conflicto de interés", ha explicado el banco central.

En este sentido, el instituto emisor de la zona euro recuerda que las conclusiones de la propia Defensora del Pueblo Europeo señalan que no hay evidencias de que las reuniones del G-30 hubieran podido tener influencia directa o haber tenido impacto (adverso) en las obligaciones del BCE como supervisor.

De este modo, el BCE "no comparte la opinión del Ombudsman de que la membresía del G-30 de su presidente y de los miembros de sus órganos de decisión represente un caso de mala administración".

De hecho, la entidad considera que el G-30 es un foro apropiado para el asentamiento de un nuevo banco central entre los principales institutos emisores de las monedas más importantes, además de que los intercambios de opiniones entre sus miembros contribuyen a una mejor comprensión de la evolución de los asuntos económicos y financieros de interés global, por lo que tomar parte en los mismos "va en interés del BCE y facilita el cumplimiento de su mandato".

El pasado mes de enero, la Defensora del Pueblo Europeo reclamó que Mario Draghi renunciase a su 'silla' en el G-30 al considerar que su pertenencia al 'think tank' con sede en Washington, del que también forman parte gobernadores de los bancos centrales de Inglaterra, China o Japón, así como directivos de entidades privadas como UBS, Crédit Suisse o JP Morgan, "podría generar la percepción pública de que la independencia de la entidad podría verse comprometida" y que permitirlo, constituye "una mala administración de su parte".

Se trata de la segunda vez que el Defensor del Pueblo Europeo cuestiona la relación del BCE con el G-30, puesto que en 2012, el entonces presidente de este organismo, consideró que la participación del BCE en el club privado era, en términos generales, compatible con la independencia, la reputación y la integridad de la entidad.

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