BARCELONA, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
El empresario y presidente del Círculo de Economía, José Manuel Lara, auguró hoy que la actual desaceleración económica en España "no será un proceso más largo de dos años", con un 2008 de "recesión, aunque no crisis aguda", y un 2009 en que la economía "ni bajará ni se recuperará".
En el marco de un desayuno de PricewaterhouseCoopers en Barcelona en el que pronunció una conferencia sobre el papel de las empresas ante el nuevo contexto económico, Lara consideró que "habrá problemas que afectarán a la economía nacional e internacional en los próximos meses, pero no será el fin del mundo".
Reconoció que las inversiones previstas por las entidades financieras españolas pueden verse reducidas por el contexto de crisis internacional de liquidez, pero "no hay riesgo" para su funcionamiento diario. También descartó una "fuerte bajada" del consumo privado.
Con todo, Lara emplazó a los empresarios a "invertir mucho" en formación de su plantilla, a profesionalizar la gestión en el caso de empresas familiares en crecimiento, a internacionalizarse para luego poder hacer frente a empresas extranjeras que vengan a España a competir, a no tener miedo a adquirir deuda para financiar inversiones futuras --no pérdidas pasadas-- y a mantener el equilibrio entre retribuir a los accionistas y reinvertir beneficios en el futuro de las compañías.
Lara consideró claves estos cinco puntos para que las empresas salgan adelante en el panorama económico actual, en el que todo cambia muy rápido y España ya no destaca por su mano de obra barata, sino que debe apostar por la mano de obra cualificada y el valor añadido en los productos.
"No podemos pagar menos a los trabajadores, pero sí pagar más y aprovechar más" con mayor productividad gracias a la formación y las tecnologías, aseveró.
El empresario catalán también lanzó un mensaje para altos directivos sobre la edad de retiro: "Siempre está claro cuándo hay que renovar a alguien en la empresa excepto cuando es uno mismo". Lara recordó su postura cumplida de dejar de ser consejero delegado antes de los 60 años y defendió el abandono de la presidencia ejecutiva a los 70.
