Actualizado 12/03/2007 11:51

RSC.- Sindicatos de países en desarrollo creen que abrir sus mercados a productos manufacturados generaría desempleo


MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los principales representantes sindicales de Brasil, India, Sudáfrica y otros países de desarrollo se reunieron la pasada semana en Ginebra entorno a la Agrupación Global Unions para denunciar ante los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) el incremento del desempleo si sus países aceptaran las condiciones de los países industrializados que exigen abrir sus mercados a los productos manufacturados.

La reunión de los sindicatos se produce en medio de una creciente presión sobre los países en desarrollo para que acepten los recortes previstos sobre los aranceles industriales con el objetivo de desbloquear las estancadas Conversaciones de Doha.

En este contexto, el secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Guy Ryder, afirmó que "si se aceptaran las propuestas actuales que se hacen en la Organización Mundial del Comercio de efectuar recortes en los aranceles industriales de los países en desarrollo, la situación podría empeorar muchísimo".

Por su parte, los sindicatos de once países en desarrollo del NAMA (Acceso a los Mercados para los Productos No Agrícolas), entre los que se encuentra el sindicato sudafricano COSATU y el brasileño CUT, se han unido para defender los intereses de sus trabajadores.

En este sentido, el representante de CUT Brasil, Jacy Alfonso de Melo, exigió en nombre de todos sus compañeros que los ministros de sus países "se nieguen a efectuar más concesiones en las negociaciones con la OMC sobre los artículos manufacturados". A su juicio, "la posición del NAMA tendrá negativas consecuencias en el empleo y en el desarrollo industrial de nuestros países".

Por último, el representante sindical de COSATU, Rudi Dicks, señaló que los Gobiernos de estos países "deben velar para que los compromisos que hacen con respecto a los artículos manufacturados se ajusten a sus diferentes niveles de desarrollo para que se incorpore al acuerdo final la debida flexibilidad".

Según advirtió, en Sudáfrica, las importaciones de ropa aumentaron un 480% en los últimos tres años, lo que provocó la pérdida de 70.000 puestos trabajo desde 2003, la tercera parte de toda la industria de la confección.

Un ejemplo de la situación de inestabilidad que viven los trabajadores en estos países es el de Badiah Peterson, una trabajadora de 41 años del sector de la confección en Sudáfrica, que perdió su empleo cuando la empresa de trajes de baño para la que trabajaba cerró por la aparición de importaciones de ropa barata, sobre todo procedente de China.