LONDRES, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
El grupo británico Kingfisher ha dado marcha atrás en su idea de abandonar la Península Ibérica, donde cuenta con más de 1.800 trabajadores en un total de 31 establecimientos de la cadena de tiendas de bricolaje Brico Dept, de las que 28 corresponden a España, según ha anunciado la multinacional.
La compañía del Reino Unido decidió en noviembre de 2018 poner a la venta su negocio en la Península Ibérica, incluyendo Brico Dépt Spain y Brico Dépt Portugal, para concentrarse en aquellos países donde contaba con una cuota de mercado significativa.
Sin embargo, la multinacional ha anunciado este miércoles que ha revisado su decisión original, a pesar de las muestras de interés en el negocio recibidas, al considerar que puede construir un negocio rentable y sostenible bajo la marca Brico Dépt.
"Hemos revisado la decisión original de salir de Iberia y creemos que podemos construir un negocio rentable y sostenible bajo el lema Brico Dépt. En condiciones comerciales normales, el negocio es rentable y no supone una carga para los recursos del grupo", ha indicado la compañía británica.
"En el actual mundo de dificultad de mantenimiento en España de capital extranjero e inversión en el país, donde el caso Nissan preocupa
mucho, que una empresa de más de 1.600 empleados se mantenga en nuestro mercado es un referente de cómo construir mediante 'stakeholders', y dialogo social un negocio competitivo y atractivo generador de empleo", ha declarado Antonio Pérez, secretario general de la confederación sindical independiente Fetico.
Por otro lado, la compañía ha anunciado que la práctica totalidad de los 1.368 establecimientos que tiene repartidos por el mundo han reabierto sus puertas, señalando que, tras su cierre a raíz de la declaración del estado de alarma, las 28 tiendas en España de Brico Dépt han reabierto gradualmente sus puertas.
En este sentido, la compañía británica ha indicado que confía en que sus empleados en el país que aún no han regresado al trabajo tras la aplicación de medidas de suspensión de la actividad puedan retornar a sus puestos para el 1 de julio.
Al cierre de su ejercicio, que concluyó el pasado 31 de mayo, Kingfisher obtuvo un beneficio después de impuestos de 8 millones de libras esterlinas (9 millones de euros), lo que representa una caída del 95,9% respecto de su resultado de 193 millones de libras (215 millones de euros) del año anterior, mientras que los ingresos de la compañía sumaron 11.513 millones de libras (12.852 millones de euros), un 1,5% por debajo de la cifra de negocio del ejercicio precedente.
En su filial ibérica, Kingfisher contaba a 31 de mayo con 1.868 empleados distribuidos en 31 establecimientos. Las ventas en la Península Ibérica disminuyeron un 4,7%, hasta 326 millones de libras (364 millones de euros), mientras que el beneficio minorista se mantuvo en 2 millones de libras (2,2 millones de euros).