LUXEMBURGO, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, defendió la propuesta del Ejecutivo comunitario para abrir el mercado de la UE a productos de los países de África, Caribe y Pacífico (ACP) a partir de 2008 frente a las preocupaciones que mostraron hoy varios Estados miembros. España pidió que se dé al plátano un tratamiento de productos sensible y mostró sus dudas sobre el efecto que el nuevo sistema tendrá para el azúcar o la frutas y hortalizas.
El Consejo de Agricultura y Pesca celebró un debate en torno a la propuesta de la Comisión para ofrecer a los países ACP un acceso ilimitado a los mercados europeos en la negociación de los Acuerdos de Asociación Económica (APE, según sus siglas en inglés) que eliminaría las actuales tarifas aduaneras y los contingentes a partir del 1 de enero de 2008.
La oferta, anunciada el 4 de abril, afectaría a todos los productos, incluidos los agrícolas como la carne de ternera, los productos lácteos, los cereales y todas las frutas y legumbres. Además, entraría en vigor de manera inmediata tras la firma del acuerdo, estableciendo eso sí un periodo transitorio para el arroz y el azúcar. Sólo habrá un excepción: Sudáfrica, que debería seguir pagando aranceles para algunos productos competitivos en el mercado internacional.
Frente a esta propuesta, la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, reclamó en primer lugar, que se dé a los plátanos europeos un tratamiento de producto sensible, ya que temió que los planes de la Comisión "puedan originar un importante desequilibrio en el mercado de esta producción", según indicó un comunicado del Ministerio.
La ministra abogó por "garantizar la perdurabilidad de esta producción en una región ultraperiférica como es Canarias", algo que, en su opinión, "sólo será posible si los aspectos externos complementarios" al régimen interno recientemente reformado "actúan regulando razonablemente las importaciones de terceros países".
Asimismo, Espinosa manifestó su "preocupación" por "la incidencia que los nuevos acuerdos de asociación puedan tener en el sector del azúcar y en el de las frutas y hortalizas".
Al igual que la ministra española, fuentes comunitarias indicaron que en el debate intervinieron otros ministros para dejar constancia de las reticencias que los planes de liberalización de la Comisión también les provocan en sectores como el azúcar, el arroz o las frutas y hortalizas.
Por el contrario, Fischer Boel defendió su propuesta. Con respecto al plátano, afirmó que "muchos factores indican que una liberalización total es la mejor opción", mientras que precisó que la liberalización del comercio de arroz prevé "un periodo de transición".
AZÚCAR
La comisaria se extendió más al referirse al azúcar, puesto que recordó las medidas de salvaguarda que prevé la propuesta, que por lo que respecta a este producto no empezará a funcionar hasta que la UE no reestructure completamente el sector, el 1 de octubre de 2009.
Hasta entonces, se aplicará el mismo protocolo del azúcar con los ACP, que sitúa las importaciones al mismo nivel que en la actualidad, 1,3 millones de toneladas al año. En este caso, aseguró a los ministros que "no hay riesgo de desestabilización en el mercado durante el periodo de transición que se corresponda con el cumplimiento del fondo de reestructuración" en el sector dentro de la UE.
Entre 2009 y 2015, Fischer Boel explicó que se prevé una cláusula de salvaguarda que se activaría automáticamente si las importaciones desde los ACP se sobrepasada los 3,5 millones de toneladas. A partir de 2015, se aplicará una cláusula de salvaguarda "especialmente adaptada a la sensibilidad del azúcar".
Por último con respecto al azúcar, aclaró que estas condiciones son generales a los ACP pero dentro de ellos quedarán exentos los países menos avanzados (PMA), que seguirán beneficiándose de arancel 0 en virtud del programa Todo Menos Armas (EBA, por sus siglas en inglés).
ACUERDO JUSTIFICADO
En términos generales, Fischer Boel recordó a los ministros que los nuevos acuerdos que quiere firmar la Comisión con los ACP no prevé un "masivo incremento de las importaciones" y que los distintos sectores europeos no deberían verse afectados por la plena liberalización "dadas las generosas asignaciones financieras que reciben".
Por último, afirmó que se trata de "una necesidad real para cumplir con los requisitos de la Organización Mundial del Comercio de liberalizar el comercio sustancialmente". También se justifican en las posibilidades de "ofrecer la primacía de la UE como socio países en desarrollo frente a otras economías ricas y avanzadas".
