VALLADOLID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, Silvia Clemente, anunció hoy la creación de un comité científico cuyo principal cometido será la elaboración de un Plan Director para la lucha contra las plagas, como los topillos, que puedan afectar a los cultivos de la región.
En concreto, este Plan Director contempla la posterior creación de un Observatorio de Investigación y de Control de las Plagas, que se constituirá dentro del Instituto Tecnológico Agrario (ITA), y de un Servicio de Lucha contra las Plagas dentro de la propia Consejería de Agricultura y Ganadería.
Silvia Clemente realizó estas declaraciones minutos antes de presidir hoy en la sede de la Consejería una reunión con los rectores de las universidades de León, José María Leal, y Salamanca, José Ramón Alonso, con el vicerrector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel, y con otros profesionales universitarios para abordar la creación de este comité científico para la prevención de plagas en Castilla y León.
En este encuentro, la consejera pidió a los rectores una relación de los expertos y profesionales que pertenezcan a las disciplinas que tengan que ver con el combate de las plagas, como veterinarios, agrónomos, químicos o biólogos, para que ayuden a la Administración a tener un control sobre la situación actual, consecuencia, según apuntó Clemente, del cambio de las condiciones climáticas y de prácticas agrarias que vienen determinadas por la normativa europea y que no son las prácticas tradicionales.
"La confluencia de estas circunstancias da lugar a que aparezcan determinadas plagas que no estaban previstas ni dentro del devenir habitual del campo", argumentó Silvia Clemente, que se mostró convencida de que el Plan Director permitirá identificar y tener claras las medidas de prevención sobre las plagas que pueden asolar en este momento a la Comunidad. Para ello, anunció la creación de una estructura de personal que permita y garantice el desarrollo de ese Plan Director de plagas.
Respecto al caso concreto de la plaga del topillos, Clemente mostró su confianza en que los integrantes de este Comité Científico puedan realizar un primer análisis en el menor tiempo posible. "Será algo que nos podrán decir hoy a la vista de la documentación y del debate que vamos a mantener en esta primera toma de contacto", precisó la consejera, que reconoció que en estos momentos es "necesario" localizar a los investigadores vinculados con la plaga de topillos para que puedan facilitar información rápida y bibliografía para tener más claro si las medidas que se están ejecutando se pueden complementar con otras o si hay alguna medida adicional que pudiera dar un resultado más inmediato.
"Hemos trabajado en todas las actuaciones que podíamos en este momento poner en marcha, la combinación de los medios mecánicos con los medios químicos y con la última decisión incorporada que es la quema de rastrojos, y en este momento queremos saber si desde un punto de vista científico existe otra medida que pudiera complementar las que se están aplicando", añadió la consejera.
Del mismo modo, Clemente pidió a los rectores y a los profesionales de estas disciplinas que piensen y que faciliten aquellos técnicos e investigadores, aunque no estén dentro de la comunidad de Castilla y León, sobre cada una de las plagas para que puedan trabajar como un comité externo en la realización de los trabajos que se planteen hoy.
CAMBIO CLIMÁTICO Y PRÁCTICAS AGRARIAS
Por su parte, los rectores de las universidades de León y Salamanca, ambos biólogos, se mostraron convencidos de que la actual plaga de topillos está relacionada con aspectos como el cambio climático, con un invierno con temperaturas suaves, y las nuevas prácticas agrarias, que han fomentado el barbecho y que han acabado con el arado de las tierras en profundidad.
"La forma de roturar el suelo es uno de los elementos claves puesto que si no el refugio del topillo permanece inalterable", comentó José María Leal, que aprovechó la ocasión para dudar de la eficacia de la quema en superficie de rastrojos para la lucha contra los topillos y advirtió de que esta práctica puede acabar con la microflora y la microfauna del suelo.
