MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
El exconsejero delegado del BBVA José Ignacio Goirigolzarri lamenta que en el caso de la escalada accionarial de Pemex en Repsol se evoque la "españolidad" de la petrolera para criticar el movimiento, cuando España ha podido realizar importantes inversiones en México e incluso controlar, a través del propio BBVA, la mayor entidad bancaria del país.
"Los nacionalismos económicos asimétricos y de vía estrecha no tienen cabida en un mundo como el que estamos viviendo. Creo que en estos temas es exigible un mínimo de rigor y seriedad, porque las armas las carga el diablo", advierte Goirigolzarri en su blog.
El exdirectivo del BBVA señala que a propósito de la sindicación de acciones de Repsol entre Pemex y Sacyr ha resurgido el "ruido de la españolidad como argumento para decantarse por una u otra opción". Este argumento ha provocado opiniones de algunas personas "con responsabilidades públicas", señala Goirigolzarri, sin hacer alusiones concretas.
La utilización del argumento de la españolidad resulta, a su juicio, "extravagante", porque "inmediatamente podría replicarse con la causa de la mexicanidad", afirma, antes de recordar que el 40% de la cuota de mercado del sistema financiero mexicano está en manos de bancos españoles.
Goirigolzarri recuerda en su blog, del que también se hace eco 'El Confidencial', que el mayor banco mexicano, BBVA Bancomer, pertenece al 100% al BBVA, con sede social en España, y que cuando este banco español entró en la entidad mexicana tuvo que enfrentarse a una contraoferta de Banamex, por entonces mexicano.
En aquella "batalla" el Gobierno mexicano "tuvo un equilibrio exquisito, como lo tuvo posteriormente, cuando el BBVA amplió su participación hasta el 100%", señala, antes de explicar que pone el ejemplo de la banca porque es un sector "tan estratégico como el de la energía".
En todo caso, el exconsejero delegado del BBVA ve "lógico" que la operación despierte "recelos" por las "características de los socios". Por un lado, Sacyr tiene un fuerte nivel de endeudamiento en una actividad deprimida y se enfrenta a una "difícil refinanciación a corto plazo", mientras que por otro Pemex es una empresa de propiedad pública, lo que hace pensar que "llueve sobre mojado tras la experiencia de Endesa".
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