MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
El volumen mundial de pagos electrónicos crecerá un 20% anual hasta 2012 y alcanzará los 1,3 billones de euros según el 'Informe Mundial de Pagos 2010' realizado por la consultora Capgemini en colaboración con The Royal Bank of Scotland y Efma.
Además, el informe, que se centra en las últimas tendencias de Europa, Norte América y Asia, indica una avance significativo de los proveedores alternativos, aunque la banca se mantiene como líder debido a la confianza que genera en los usuarios. En este sentido, frente al 9% actual de pagos electrónicos realizados a través de proveedores no bancarios, en 2012 se espera que este porcentaje se eleve hasta el 12,4%.
En cuanto a los pagos por móvil, el informe indica que en dos años se triplicarán y se llegará a 140.000 millones de euros en 2012, frente a los 41,45 millones de 2009. Además, también revela que en el caso de estos pagos, los proveedores alternativos representan actualmente el 5% del total y se prevé que llegarán al 8% en 2012. En este sentido, el informe estima que este avance del pago por móvil sea mucho más rápido y significativo en mercados emergentes.
Sin embargo, y pese al incremento de otros sistemas de pago, el estudio recoge que las tarjetas de crédito siguen siendo el instrumento preferido a nivel global si no se realiza el pago en efectivo.
Por otro lado, este documento pone de manifiesto que aún hay obstáculos en la zona euro, ya que durante el último año se han dado una serie de desarrollos clave dentro de la Zona Única de Pagos para el Euro (Sepa en sus siglas en Inglés) y la Directiva de Servicio de Pagos (PSD). Según Jorge Sobrino, vicepresidente y director de servicios financieros de Capgemini, "mientras que ha habido un progreso destacable con la Sepa este año, la evolución a la hora de convertirla en realidad ha sido lenta", y atribuye esto a la crisis mundial que se ha vivido en los ultimos tiempos, afirmando que "muchos bancos y consumidores finales han dudado a la hora de unirse a la Sepa".
El informe también indica que tanto las nuevas tecnologías, así como la competencia y las inciativas de regulación de la crisis, están haciendo que resulte más complicado el desarrollo del sector de los pagos.
