MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
La facturación de las empresas de limpieza pertenecientes a la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (Anpel), patronal de este sector, alcanzó los 2.335,82 millones de euros en 2014, un 3,25% más que en el año anterior.
La deuda vencida de las administraciones públicas con las empresas de la patronal se situó en 618,56 millones de euros el pasado año, un 2,28% menos que en 2013. Los ayuntamientos alcanzaron una deuda con estas empresas de 189,74 millones de euros, un 16,39% menos que el año anterior, y pagaron con un retraso medio de 108 días.
Las comunidades autónomas son las administraciones que más deben y las que más tardan en pagar a estas empresas. Su deuda se redujo un 12,86% en 2014, hasta 304,54 millones de euros y el retraso medio en el abono de las facturas fue de 116 días. El Estado aumentó un 119,8% su deuda en 2014, hasta 124,26 millones de euros, con un pago medio de 76 días.
Las empresas de la patronal contaban con 141.513 trabajadores en 2014, un 2,31% más que el año anterior. En todo el sector, el número de empleados creció un 0,47%, hasta 330.348 trabajadores.
Por otra parte, el número de empresas del sector aumentó un 2,4% en 2014, hasta 16.909 compañías, según datos ofrecidos por la patronal. La representatividad de Aspel en el sector se situó en el 42,84% en 2014.
El presidente de Aspel, Juan Díez de los Ríos, ha señalado que en 2015 las 17 empresas asociadas "tienen presupuestado facturar más", aunque se ha mostrado "prudente" en relación con la recuperación del sector.
En la presentación de los datos, Díez ha destacado que uno de los "talones de aquiles" del sector son los costes laborales y ha reclamado al Gobierno una bajada de las cotizaciones de la Seguridad Social. "Bajar los costes laborales no significa bajar los salarios", ha matizado Díez, que ha recordado, además, que los costes laborales que soportan las empresas de limpieza superan el 85%. Según ha explicado, no se ha cumplido la promesa de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, de "bajar un punto cada año" los costes laborales.
Además, Díez ha denunciado que en la contratación pública se ha impuesto "la dictadura absoluta del precio" y que los concursos ya no son tal, sino que se han convertido en "subastas de trabajadores". En su opinión, en los concursos públicos se prima el precio sobre la calidad.
