GM y Chrysler deberán presentar un plan de viabilidad antes del 31 de marzo

Actualizado: viernes, 19 diciembre 2008 23:37


NUEVA YORK, 19 Dic. (EUROPA PRESS/Emilio López Romero) -

El Gobierno estadounidense aprobó hoy una línea de crédito de 17.400 millones de dólares para ayudar a General Motors y Chrysler a superar la grave crisis que atraviesan aunque ha establecido una seria de estrictas condiciones que van desde la obligación de devolver los préstamos si no presentan un plan de viabilidad financiera antes del 31 de marzo hasta limitar las primas y privilegios a sus directivos.

"Las compañías deberán emplear esos fondos para volver a ser viables en términos financieros (...) y si antes del 31 de marzo de 2009 no son capaces de restaurar su viabilidad deberán reembolsar todas las ayudas", anunció el Departamento del Tesoro en un documento en el que recogen las principales condiciones para que los fabricantes puedan acogerse a los fondos aprobados por la Casa Blanca.

Tras semanas de negociaciones y después de que el Congreso rechazara un nuevo plan de rescate, el presidente George W. Bush anunció hoy una inyección de 17.400 millones de dólares para la industria automovilística consistente en préstamos inmediatos por 13.400 millones de dólares y una línea adicional de 4.000 millones si los fabricantes cumplen sus compromisos en los próximos dos meses.

ELIMINAR PRIVILEGIOS Y LUJOS

Ambas empresas tendrán obligación de establecer límites en los salarios de sus directivos y acabar con ciertos privilegios y lujos muy impopulares entre la población como el uso de jets privados para sus ejecutivos, quizá en un intento por aplacar el malestar de muchos ciudadanos con este tipo de ayudas, tal como ya ocurrió con el rescate de Wall Street.

Entre otras condiciones, el Tesoro les exigirá otorgar poderes especiales que conviertan al Estado en garante permanente y permitirle tener acceso privilegiado a acciones preferenciales. También deberán negociar una reducción en dos terceras partes su nivel de endeudamiento a través de una operación de conversión de deuda en capital.

Con estas medidas, a partir de ahora la deuda de las empresas con el Estado tendrá prioridad frente a otros pasivos y para ello tanto General Motors como Chrysler deberán permitir al Gobierno examinar sus cuentas y darle poderes para bloquear cualquier transacción financiera que supere los 100 millones de dólares.

MALESTAR SINDICAL

El Tesoro también ha establecido estrictas condiciones que afectarán a los trabajadores. En concreto, las empresas deberán negociar con el principal sindicato del sector, la United Auto Workers (UAW), un nuevo convenio colectivo para que los salarios y beneficios de sus empleados pasen a ser más competitivos respecto a los de los fabricantes extranjeros que trabajan en Estados Unidos.

El sindicato no ha tardado en expresar su malestar y a través del presidente de la UAW, Ron Gettelfinger, que aplaudió la línea de crédito aprobadas por la Administración Bush, criticó en un comunicado de prensa que se incluyan una serie de condiciones que parecen "señalar" a los trabajadores como eventuales responsables de la actual crisis.

"Esas condiciones no estaban incluidas en el proyecto de ley de la Casa Blanca que aprobó la Cámara de Representantes", indicó Gettelfinger, quien anunció que esperarán a trabajar con la Administración Obama y el nuevo Congreso para que esas "injustas condiciones" se retiren. "Y mientras tanto nos uniremos a los esfuerzos para crear un futuro viable para la industria", concluyó.