Actualizado 17/12/2013 21:32

Amnistía pide justicia para una de las víctimas emblemáticas del régimen de Ben Alí 22 años después de su muerte

Faysal Baraket, recientemente exhumado, murió bajo custodia policial en 1991 y su caso fue negado por el Gobierno y denunciado ante la ONU

MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) ha reclamado este martes justicia para Faysal Baraket, un estudiante tunecino militante del grupo islamista Ennahda cuya muerte bajo custodia policial, ocurrida por estas mismas fechas en 1991, le convirtieron en uno de los casos "emblemáticos" del derrocado régimen dictatorial de Zine el Abidine Ben Alí.

"Después de años de incertidumbre, están saliendo a la luz todos los hechos del caso emblemático de Faysal Baraket, estudiante tunecino que murió bajo custodia policial en 1991, poniendo fin de ese modo a años de negación y engaño por parte de las autoridades tunecinas", ha afirmado Amnistía Internacional en un comunicado.

En un informe publicado coincidiendo con el 22 aniversario de su muerte, Amnistía Internacional ha expuesto con detalle "la terrible experiencia por la que ha pasado su familia en la búsqueda de la verdad y la justicia", así como la prolongada campaña de la organización para cuestionar la versión de las autoridades, según la cual Faysal, que entonces tenía 25 años, murió en un accidente de automóvil y no como consecuencia de tortura.

"El caso de Faysal Baraket pone de relieve cómo durante años las fuerzas de seguridad han torturado a las voces disidentes y después lo han negado y encubierto, así como la urgente necesidad de reformar el aparato de seguridad y el poder judicial, que desempeñaron un papel fundamental en el tratamiento que se dio al caso", ha afirmado la directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, Hassiba Hadj Sahraoui.

La exhumación del cuerpo de Faysal Baraket tuvo lugar finalmente en marzo de 2013, dos años después de la caída de Ben Alí, y ha aportado nuevos datos forenses que indican que fue torturado. Ahora, Amnistía Internacional pide que los responsables de su muerte comparezcan ante la justicia.

"La exhumación de Faysal Baraket representa un importante paso adelante para obtener justicia por su muerte", ha afirmado Hassiba Hadja Sahraoui. "Debe impartirse justicia ahora para poner fin a la terrible experiencia de su familia" y los responsables de su muerte y de otros actos de tortura "deben comparecer ante la justicia sin más demora", ha proseguido. "Su caso señala también un momento simbólico para cientos de víctimas de tortura del régimen de Ben Alí", ha manifestado.

ACCIDENTE DE TRÁFICO

Faysal Baraket, miembro del partido opositor islamista Ennahda, entonces prohibido, fue detenido el 8 de octubre de 1991 tras haber criticado a las autoridades tunecinas en una entrevista emitida por televisión. Su hermano Jamal había sido detenido unos días antes y fue torturado en repetidas ocasiones mientras estuvo privado de libertad.

Tras la muerte de Faysal Baraket, según AI, las autoridades tunecinas organizaron su encubrimiento para ocultar la verdadera causa del fallecimiento, y dijeron a su familia y a Amnistía Internacional que había muerto en un accidente de automóvil.

Sin embargo, en enero de 1992 la organización reunió declaraciones de testigos que afirmaron que habían oído gritar a Faysal mientras lo torturaban y golpeaban durante horas en la comisaría de policía de Nabeúl. Más tarde lo vieron desplomado en un pasillo, inconsciente.

Su cuerpo, según la organización, estaba contorsionado en la posición que se utiliza en el método de tortura llamado 'pollo asado', en el que se ata a la víctima a una barra horizontal con las manos y los pies cruzados y atados juntos. Tenía hematomas en la cara y cortes alrededor de los ojos.

Amnistía Internacional pidió al doctor Derrick Pounder, patólogo forense británico, que examinara el informe de la autopsia de Faysal Baraket en febrero de 1992. El doctor Pounder llegó a la conclusión de que la causa de la muerte de Faysal Baraket no pudo ser un accidente de tráfico y sí encontró, en cambio, indicios de que lo habían sodomizado y de lesiones que podían haber sido producidas por una agresión física sistemática.

El caso fue denunciado ante el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura, que en 1999 concluyó que Túnez había incumplido su obligación de llevar a cabo una investigación inmediata e imparcial sobre la muerte, y recomendó la exhumación del cuerpo en presencia de expertos forenses internacionales.

Durante el Gobierno de Ben Alí, según Amnistía, miles de personas críticas con el régimen, incluidos opositores políticos, periodistas, abogados y activistas de los Derechos Humanos, "fueron detenidas arbitrariamente, recluidas en régimen de incomunicación y encarceladas después de juicios sin garantías". Aparte, "la práctica de la tortura y los malos tratos era generalizada", ha asegurado.

Al respecto, AI ha lamentado que no se haya establecido todavía "un marco integral que garantice la justicia para estos delitos". "Se han tomado algunas medidas positivas, pero los avances en las reformas se han estancado en los últimos meses", ha denunciado.

"Se han debatido leyes para establecer un mecanismo nacional para prevenir la tortura y una comisión para investigar las violaciones de Derechos Humanos, pero no se han adoptado todavía", ha agregado. Aparte, ha advertido, "las violaciones de Derechos Humanos han continuado en menor escala en Túnez desde la caída de Ben Alí".

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