Actualizado 08/07/2015 15:48

Ecologistas en Acción califica de "merecida" la multa a Nuclenor porque "ha estado toreando" al Gobierno

Vasija del reactor de la central de Garoña en fase de recarga
NUCLENOR


MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -

Ecologistas en Acción considera que la sanción de 18,4 millones de euros por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a Nuclenor, titular de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) es "merecida, en tanto que ha estado toreando a la Administración".

En declaraciones a Europa Press, el portavoz nuclear de la organización ha subrayado que desconectar la planta atómica y sacar el combustible "sin permiso" es un hecho de fuerza que "no se puede aceptar". "Es un chantaje inaceptable, más aún con todas las veces que el Gobierno le ha puesto en bandeja la continuidad y lo ha rechazado", ha valorado.

No obstante, a su juicio, la actuación del Gobierno que ha cambiado las leyes a la medida de Garoña para facilitar que vuelva a generar electricidad "también necesitaría sanción porque es inadmisible".

Respecto a la actuación de la CNMC, que ha impuesto la multa máxima que podía imponer ha celebrado que "al menos alguien pone un poco de sensatez sobre este proceso loco" y confía en que aunque Nuclenor recurrirá, sus argumentos son "muy sólidos".

En todo caso, no cree que la multa pueda echar atrás a Nuclenor para no reanudar su actividad, en el caso de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) lo considere posible y que el Gobierno lo autorice sino, más bien al contrario, ya que con su reapertura, podría recuperar el dinero que van a tener que desembolsar.

Por otro lado, sobre el análisis realizado por el Pleno del organismo regulador sobre el cumplimiento de los requisitos de Garoña cree que la falta de acuerdo unánime es lo que ha llevado a los consejeros a solicitar una ampliación de la información a los técnicos del CSN que se estudiará en una nueva fecha.

Finalmente, ha recordado que Garoña debe acreditar el cumplimiento de los requisitos de reforma impuestos en 2009, más los derivados de las pruebas de estrés practicadas al parque nuclear a raíz del accidente en la central japonesa de Fukushima y la "incertidumbre" por las fisuras en las vasijas belgas, similares a la de la planta burgalesa. "Todo ello es suficiente como para que el CSN se lo piense bien y pida más información técnica", ha concluido.

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