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Las ONG especializadas en cooperación internacional han alertado este viernes de que si bien la hambruna en el Cuerno de África se da por zanjada con el anuncio de Naciones Unidas, aún hay 9,5 millones de personas, algo menos del 30 por ciento de la población de los países de la región, que padecen desnutrición aguda y otros tantos que necesitan ayuda para subsistir.
En declaraciones a Europa Press, el presidente de la Coordinadora Estatal de ONG de Desarrollo (CONGDE), Eduardo Sánchez, ha explicado que Naciones Unidas considera que una región está en situación de hambruna cuando más del 30 por ciento de la población padece desnutrición severa.
En concreto, además de fijar en el 30 por ciento el índice de alerta para la desnutrición aguda, la ONU se sirve de otros tres indicadores para decretar una situación de hambruna: que un 20 por ciento de la población tenga acceso a menos de 2.100 kilocalorías diarias, que se registren más de dos fallecimientos por cada 10.000 personas al día y que haya menos de cuatro litros de agua disponibles por persona y día.
En el Cuerno de África la cifra ha descendido por debajo de ese umbral, lo cual es "una buena noticia", pero la situación "todavía es gravísima" porque supone que más de la cuarta parte de sus habitantes están aún en grave riesgo de morir de hambre: 9,5 millones de personas con desnutrición aguda, según ha apuntado el responsable de la CONGDE.
"Si sumamos además, la situación de los países de la llamada Franja del Sahel, al Sur del Desierto del Sáhara, --Níger, Malí, Mauritania, Burkina Faso y Chad--, hay que contar a otros 10 millones de personas en esta situación, es decir, que en estas zonas de África, vente millones de personas están en una situación de riesgo", ha añadido.
Sánchez ha afirmado que las ONG españolas que trabajan en la zona van a seguir allí "porque todavía hay muchas personas que lo necesitan" y ha hecho un llamamiento a la ciudadanía y a los donantes para que sigan apoyando su labor, ya que "se necesitan recursos para seguir ayudando".
Además, ha apostado por incentivar las actuaciones de prevención en lugar de, como ahora, "esperar a que se estén muriendo de hambre" para hablar de crisis alimentaria. "La mejor politica es la prevención, más que la reacción tardía y nunca se debería declarar una crisis porque lo lógico sería intervenir antes", ha señalado.
En este sentido, ha apuntado que hay cuestiones de medio plazo que se pueden solucionar para evitar estas hambrunas, como la intervención en apoyo de la agricultura local, la política de precios o la accesibilidad a los alimentos, algo especialmente relevante en el Sahel, donde la emergencia no ha sido declarada aunque los indicadores de alerta temprana llevan meses avisando de que la situación es crítica.
Desde la ONG Misiones Salesianas se lanza un mensaje similar: no se puede bajar la guardia ni olvidar el Cuerno de África porque "aún millones de personas necesitan ayuda para subsistir". Es el caso de Etiopía, donde "no se ha cubierto el 40% de las necesidades" de ayuda para los refugiados procedentes de Somalia, 98.000 están en el país y 950.000 se han desplazado por toda la región.
"Pedimos a los Gobiernos y organismos internacionales que sigan con el apoyo a la zona para que la situación de millones de personas no se agrave aún más", explica la organización, que mantiene dos números de cuenta bancaria para canalizar la ayuda de los ciudadanos (más información en www.misionessalesianas.org).
EL SAHEL, EN LA CUERDA FLOJA
En Acción contra el Hambre el mensaje es similar: "el fin oficial de la hambruna no quiere decir que la crisis haya terminado". La ONG incide en la necesidad de "seguir trabajando para que esto no vuelva a pasar, ni en Somalia ni en otras regiones en peligro, como Sahel", donde, según sus cálculos, en primavera se podrían ya contar 2,6 millones de niños en estado de desnutrición aguda.
"Las respuestas de emergencia son paliativas y de contención, pero ahora tenemos un enorme reto por delante: fortalecer las capacidades erosionadas durante estos meses y preparar a las familias para enfrentarse a las próximos eventos que pongan en peligro sus precarios medios de vida, ya sea una sequía o una guerra", ha explicado el director Técnico de Acción contra el Hambre, Amador Gómez.
El director General de la organización, Olivier Longuè recuerda además que esta noticia "no puede llevar a bajar la guardia, ni en Somalia, ni en zonas del mundo donde hoy los sistemas de alerta temprana apuntan a escenarios muy graves de desnutrición aguda, como es el caso de Sahel". "Es inaceptable saber con antelación que algo así puede pasar y no hacer nada para evitarlo", ha destacado.
En este sentido, un comunicado de UNICEF ha alertado de que en el Sahel más de un millón de niños menores de 5 años necesitan recibir tratamiento contra la desnutrición aguda grave en siete de los ocho países de la zona y, en Chad, Mauritania, Níger o Mali, "ya se requiere una respuesta de emergencia".
"Es posible evitar la desnutrición, con medidas preventivas y con un tratamiento efectivo, gracias al alimento terapéutico. Los esfuerzos de UNICEF y sus aliados en el terreno se centran ahora en conseguir suficiente cantidad de alimento terapéutico de cara a las crecientes necesidades que se prevén para los próximos meses y, así, evitar una escalada de la emergencia", explica la agencia de la ONU.