MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
Más de ocho millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza en Costa de Marfil, donde aún hay inseguridad y desempleo, un año después del conflicto armado que dejó 3.000 muertos y cientos de miles de personas desplazadas, ha informado este miércoles la organización religiosa Misiones Salesianas.
La misión católica ha denunciado en un comunicado que las condiciones de vida de la población son 'inhumanas'. Según sus estadísticas, el 40 por ciento de la población no tiene sus necesidades alimentarias cubiertas, el 17 por ciento de los niños están malnutridos, más del 50 por ciento de los niños no van a la escuela, el 60 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años no saben leer ni escribir y el 56 por ciento de la población vive hacinada en los suburbios pobres de las grandes ciudades.
"No se puede negar a los gobernantes la buena voluntad de mejorar las cosas. El país está intentando volver a la normalidad, se han abierto las escuelas, los mercados y los servicios públicos", ha explicado el misionero salesiano César Fernández. Sin embargo, "hay rebrotes de violencia y mucha inseguridad en el país", ha aclarado el misionero.
"En Duekoué (una ciudad situada en el oeste del país), todavía más de 1.000 personas se refugian en la misión salesiana de Santa Teresa del Niño Jesús", ha explicado el misionero Hernán Cordero.
El misionero ha dicho que sus objetivos son la reconciliación y la convivencia pacífica y que para ello, le apuestan a la educación y la formación de los jóvenes. Los misioneros han pedido, además que se mantenga la ayuda internacional para este país. "Hay que seguir ayudando a este país y a sus gentes a medio y largo plazo", ha solicitado.
La organización se creó en 1875 y actualmente tiene presencia en más de 130 países en los que desarrolla proyectos a favor de la infancia.
El actual presidente marfileño, Alassane Ouattara, derrotó en las elecciones de noviembre de 2010 al entonces jefe de Estado, Laurent Gbagbo, pero éste se negó a reconocer su victoria.
Esto desencadenó una grave crisis política y unos enfrentamientos que concluyeron cuando Gbagbo fue detenido con ayuda de tropas francesas y de la ONU cuatro meses después.
El Tribunal Penal Internacional ha abierto un proceso contra Gbagbo por crímenes contra la Humanidad.