WASHINGTON 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La principal organización estadounidense de defensa de los derechos civiles, la Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), ha lamentado que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, haya agradecido a las autoridades británicas su decisión de retener la información sobre las torturas a un prisionero de Guantánamo y ha denunciado la "complicidad" con los "abusos" cometidos por la Administración de George W. Bush.
El Tribunal Supremo británico concluyó ayer que el departamento de seguridad interna de Reino Unido (MI5) tuvo conocimiento del trato "cruel y degradante" que sufrió el ciudadano Binyam Mohamed en la base militar de Estados Unidos en Cuba desde 2004, pero retuvo la información debido a que Washington había amenazado con suspender el intercambio de datos de inteligencia entre los ambos países en caso de difundirse.
En respuesta a ello, según ACLU, el Gobierno de Obama remitió ayer un comunicado escrito a la cadena de televisión pública BBC en el que se afirmaba que "Estados Unidos agradece al Gobierno de Reino Unido que mantenenga su compromiso de proteger información delicada para la seguridad nacional y de preservar las relaciones de intercambio de informaciones de inteligencia que, desde antiguo, mantienen ambos países para proteger a sus ciudadanos".
"Las esperanzas se desvanecen", declaró respecto a esta declaración el director ejecutivo de ACLU, Anthony D. Romero, citado en un comunicado de la organización. "La posición de la Administración de Obama no ha cambiado, es más de lo mismo", prosiguió.
"Esto supone una total vuelta atrás y socava la reinstauración del Estado de derecho", aseveró Romero. "La nueva administración americana no debe tener complicidad en el ocultamiento de los abusos de sus predecesores", concluyó.
Tras leer las conclusiones del Supremo británico, ACLU envió una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que se le instaba a aclarar la postura del Gobierno estadounidense en relación con el caso de Mohamed y en la que se le reclamaba que rechazase expresamente la política de la anterior Administración de Bush de utilizar las "falsas afirmaciones sobre la seguridad nacional para impedir la revisión judicial de programas controvertidos".
ACLU, fundada en 1920, cuenta en la actualidad con más de 500.000 miembros y simpatizantes y sus oficinas atienden cada año cerca de 6.000 casos de violaciones de las libertades civiles en prácticamente todos los Estados del país, según informó la organización.