MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
El periodista norteamericano y experto en la interrelación de la economía y el medio ambiente, Paul Roberts, señala en su libro 'El hambre que viene', cuya edición en español fue presentada hoy, que en el mundo hay "casi tantos obesos, diabéticos y candidatos al infarto como desnutridos", algo que hace que la economía moderna de la alimentación esté "fallando catastróficamente"
Así, detecta el origen de este desequilibrio en que la alimentación se ha considerado como un sector económico cualquiera en vez de ser tratada como "una excepción", al igual que la cultura, porque "los alimentos no son un sector económico". Debido a esto y paradójicamente, "cuando los alimentos son más baratos y más fáciles de obtener, la desnutrición sigue siendo una realidad para cientos de miles de personas", valoró.
Según explicó este colaborador de cabeceras como 'The Washington Post' o 'Los Angeles Times', algunos de los causantes de estas asimetrías están en el proteccionismo, en los biocarburantes, en el aumento de la demanda de países como China, que "sobrepujan y dejan fuera del sistema a otros".
"No estaría mal poder culpar a un sólo factor pero no es tan fácil", aseguró en la presentación de su libro a los medios de comunicación. Otra de las raíces de la cuestión la situó en que Estados Unidos o Europa, cuyos agricultores "además reciben ayudas", puedan producir comida más barata que, por ejemplo, Kenia, lo que hace que ésta deba importarlos porque no le sale rentable producirlos.
En este sentido, se remontó a los años 60, cuando los países africanos cayeron en la cuenta de que "no tenía sentido producir" porque les salía más barato comprar a los países desarrollados, con modelos de producción más eficientes, lo que les dejó "en una situación penosa" para una vez que aumentaron los precios. "Es un riesgo que el mundo dependa sólo del comercio", valoró este experto, autor también de el libro 'El fin del petróleo' (2004).
Además, Roberts se refirió a otra "vulnerabilidad" ocasionada por la reducción de costes y el aumento de la producción, las enfermedades de origen alimentario que tienen su origen en "las innovaciones que han permitido alimentar tan bien a tantos seres humanos", ya que son las mismas que "nutren las epidemias y que se encargan de que sus efectos sean devastadores".
Ante esta situación, Roberts propone, un tratamiento de los alimentos diferente al de otros productos de consumo. "La reducción de costes, el incremento en la producción y la ampliación de los mercados provocan consecuencias en el sector de la alimentación. De ese desfase entre los alimentos como producto económico y los alimentos como producto biológico nacen los retos más importantes de la actualidad".
En el lado de las soluciones, Roberts también propone que el sistema de producción de alimentos sea "menos dependiente" de los proveedores internacionales y nacionales y más de los regionales y locales, lo que, según él, daría lugar a un sistema "más seguro y sostenible". Además, considera importante "reducir el consumo de carne a nivel mundial a pesar de los enormes interese que mueve" y explorar caminos como el de las piscifactorías marinas.