Actualizado 23/02/2009 12:49

Varios hombres armados matan a dos trabajadores humanitarios sudaneses

JARTUM, 23 Feb. (Reuters/EP) -

Varios hombres armados abatieron a dos trabajadores humanitarios de la ONG francesa Aide Médicale Internationale en la región sudanesa de Darfur Sur, según informaron hoy las fuerzas de paz presentes en la región.

Los dos cooperantes, sudaneses, fueron atacados el pasado sábado por la tarde mientras conducían por una zona remota, donde el enfrentamiento ha surgido entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes.

Las investigaciones sugieren que los criminales, que montaban caballos y camellos, eran bandidos, según un portavoz de la fuerza conjunta de paz de la ONU y la Unión Africana (UA), la UNAMID, Kemal Saiki. Pero estas muertes tienen lugar en un momento en el que aumentan los miedos sobre los ataques contra grupos extranjeros de ayuda humanitaria en esta región golpeada por la guerra.

Los cooperantes fueron atacados al anochecer en la carretera que conduce hacia el asentamiento de Jor Abeche, a 80 kilómetros al noreste de la capital de Darfur Sur, Nyala, según Saiki, quien añadió que había informaciones de que 24 hombres armados asaltaron y saquearon poco antes un camión en esa carretera, y abrieron fuego mientras los trabajadores humanitarios conducían un Land Rover. "Parece un asalto en la carretera, estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado", señaló Saiki.

El portavoz de la UNAMID también anotó que otros cuatro civiles resultaron heridos en el tiroteo. Los rebeldes se levantaron contra el Gobierno de Sudán en 2003, acusando a Jartum de negligencia con la región. Durante los seis años posteriores, el conflicto se ha desintegrado con el resultado de que ahora implica a criminales, facciones rebeldes, tropas gubernamentales, milicias y tribus rivales.

La ONU y los grupos de ayuda humanitaria han lanzado la mayor operación humanitaria del mundo para alcanzar a los millones de civiles atrapados en el conflicto. Jartum movilizó a las milicias, en su mayoría árabes, para sofocar la rebelión, mientras niega las acusaciones de Washington y de los activistas de que ha cometido genocidio durante la contrainsurgencia.