Juan Lorca ha asumido recientemente la presidencia de la Asociación Fontilles, dedicada a la lucha contra la lepra y otras enfermedades asociadas a la pobreza. En esta entrevista a Europa Press, nos detalla su 'hoja de ruta' para este 2016.
.- ¿Qué retos afronta para este 2016 al frente de la asociación?
La lepra sigue presente en 102 países y cada día se detectan 600 casos nuevos de lepra, 55 en niños menores de 14 años. Fontilles ha tenido éxito en la eliminación de la lepra en España y seguimos comprometidos con las personas afectadas por esta enfermedad allí donde se encuentren. Además, hemos incorporado a nuestro trabajo en cooperación internacional, la lucha contra otras enfermedades ligadas a la pobreza.
Nuestro principal reto en 2016 es llegar al mayor número de personas, para ello, vamos a trabajar en red y con otras entidades nacionales e internacionales. De esta forma, coordinando esfuerzos y recursos, trabajando todos en la misma dirección, podemos conseguir grandes avances.
.- Tiene experiencia en la empresa privada como asesor financiero. ¿Cómo va a extrapolar sus conocimientos a la asociación?
En 2007 entré en la Junta de Gobierno de Fontilles y, desde entonces, como el resto de los miembros de la Junta de Gobierno, trabajamos para fijar y cumplir con los objetivos anuales, pero sin perder de vista el largo plazo, asegurando la viabilidad futura de nuestra Asociación. En mi caso, y creo que es el caso del resto de miembros de la Junta, no hay una vinculación específica entre nuestra experiencia profesional y nuestra aportación Los aspectos financieros de la asociación son gestionados por profesionales independientes.
.- A nivel nacional, ¿cuáles serán las líneas de actuación a seguir?
Fontilles sigue siendo un centro de referencia, nacional e internacional, en la lucha contra la lepra. Además de realizar labores de formación e investigación. Igual que hemos ampliado el campo de trabajo en nuestros proyectos, queremos que en España estas labores incluyan también otras enfermedades olvidadas o ligadas a la pobreza. Por ello, vamos a dar continuidad a los cursos y seminarios que organizamos y que ya han visto ampliado su contenido en el marco de la salud y la cooperación al desarrollo gracias, sobre todo, a la colaboración con las universidades y otras instituciones especializadas en este sector.
Por otra parte, vamos a buscar otras actividades que nos permitan generar ingresos que dedicar a la lucha contra la lepra a nivel internacional, en países como India, Nepal, Monzambique, etc., que es donde está hoy el verdadero problema de la lepra y otras enfermedades que dificultan el desarrollo de las comunidades afectadas.
.- ¿Y en el campo internacional? ¿Planean aumentar su presencia?
Este 2016 queremos que sea un año de consolidación de los proyectos en marcha y de búsqueda de nuevos proyectos que esperamos poner en marcha en los años siguientes. Aun así, por ejemplo en India, el país más afectado por la lepra, hemos conseguido ampliar el número de proyectos gracias, sobre todo, a la ayuda de los donantes, especialmente sensibles a los problemas sufridos por las personas afectadas por la lepra en este país.
.- ¿Cuándo cree que la lepra se podrá considerar erradicada?
Fontilles trabaja dentro de la estrategia de La Federación Internacional de Organizaciones de Lucha contra la Lepra (ILEP), de la que somos miembros desde 1969, y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para la erradicación de la lepra. Precisamente la OMS ha incluido la lepra dentro de las llamadas enfermedades olvidadas y los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible fijan el año 2030 para la erradicación de estas enfermedades.
Desde Fontilles vamos a hacer todo lo posible para que esto sea así, pero no va a ser fácil. Según los últimos datos facilitados por la OMS, el porcentaje de niños entre los nuevos casos detectados ha aumentado en el último año casi al 9%. Esto, según los expertos, indica que la transmisión de la enfermedad sigue activa y que es muy posible que sigamos encontrando casos en el futuro. Ha aumentado también la tasa de discapacitados de grado II (esto es, con discapacidades visibles) entre los nuevos casos detectados, lo que indica que estamos llegando tarde al diagnóstico.
Por eso, la estrategia de los próximos años pasa por campañas activas de detección precoz de lepra, para encontrar a los enfermos cuanto antes y darles el tratamiento. Por otro lado, hay que atender las consecuencias sociales de la enfermedad y capacitar a los afectados para que puedan salir del círculo de enfermedad y pobreza.
Queda mucho por hacer y se necesita el compromiso de los gobiernos, los organismos internacionales y las ONGD implicadas. Necesitamos también cambiar la imagen de la enfermedad y entender que las personas afectadas por la lepra son también capaces de luchar activamente contra el estigma y pueden ser un motor de cambio de toda la comunidad. Y necesitamos recursos y la solidaridad de todos para poder acabar con la lepra y sus consecuencias.
