Juan Mulet es director general de la Fundación Cotec para la Innovación tecnológica, una institución nacida fruto de un grupo de empresarios que en 1989, a raíz de una sugerencia del Rey, decidieron apostar por esta iniciativa. Doctor Ingeniero de telecomunicación y Master en Gerencia de Empresas (MBA).
.- ¿Porque la Ciencia y la Innovación son indispensables para salir de la crisis?
Tan importante como salir de la crisis es estar preparados para cuando ésta acabe. Especialmente para esto último la utilización del conocimiento científico y tecnológico es inevitable, ya que es lo único que asegurará la competitividad y sostenibilidad del nuevo modelo económico. Como es lógico, todo lo que se haga con este fin ayudará a salir de la crisis, pero esperemos salir cuanto antes de ella.
.- En esta época de recesión económica, ¿de qué forma se le convence a una empresa para que invierta en I+D+i?
Los empresarios tienen ante todo la responsabilidad de asegurar beneficios cada año. Durante la época pasada no era, para ello, imprescindible ocuparse de la innovación. Ahora las circunstancias han cambiado y todos los que pueden recurren a ella para sobrevivir, cada uno según las características propias de su negocio. A los buenos empresarios sólo les convence el mercado y ahora éste trabaja en esta dirección que, para España, es nueva.
.- ¿Qué debería hacer España con la Innovación?
La innovación es una cuestión estrictamente empresarial. Es verdad que las administraciones pueden hacer que el entorno sea más propicio para esta actividad. Y esta es la razón de ser de las políticas y las estrategias gubernamentales de Innovación. Hay una gran panoplia de instrumentos políticos que las administraciones utilizan para mejorar este entorno, que van desde las subvenciones a los mercados públicos tractores de innovación, pasando por las medidas fiscales o la investigación pública. En estos últimos años la política española se ha modernizado mucho.
.- ¿Qué ha supuesto el programa Ingenio 2010 del Ministerio de Ciencia a este cambio?
El programa Ingenio 2010 supuso un extraordinario cambio, que transformó el fondo y la forma de esta política española. El balance de estos años es claramente positivo, con aumentos anuales entre el 10 y el 20 por ciento en casi todos los indicadores de la Innovación. Pero la crisis nos ha sorprendido a menos de la mitad del camino que deberíamos recorrer para ser equiparables con los países vecinos. Sin duda ahora nos hemos parado, pero lo realmente malo sería retroceder, después de haber creado el núcleo de un sistema de innovación que podría y debería ser el embrión del que España necesita imperiosamente para cuando acabe la crisis.
.- ¿Qué medidas serían más eficaces?
Si hablamos de eficacia, sin duda las medidas más eficaces serían las que arreglarán nuestro sistema educativo. Sin una adecuada educación en conocimientos, hábitos, actitudes y valores, la innovación es muy difícil. Pero ahora necesitamos también medidas eficientes, que con recursos razonables transformen nuestro entorno. La fiscalidad, que es sin duda la mejor medida para nuestra situación, los mercados públicos, a través de una figura de la compra pública de tecnología innovadora, que ya es posible en España, y la implicación de la financiación privada ayudarían en esta difícil coyuntura.
.- ¿Ha empezado España tarde?
Sí, España ha empezado tarde. Ha podido ser así porque disfrutábamos de un desarrollo económico donde la innovación no era imprescindible. Había dinero fácil y barato, la edificación tenía clientes de dentro y de fuera de España y todavía teníamos ciertas ventajas en costes laborales. En Cotec temíamos que ocurriera lo que ha ocurrido y así lo veníamos diciendo desde hace muchos años.
.- ¿En qué consiste la brecha tecnológica?
Es simplemente la falta de tecnología de nuestro sistema productivo. El exponente más evidente es el escaso peso de los sectores de alta tecnología en nuestro PIB, menos del uno por ciento, que es sólo una tercera parte de lo que es habitual en las economías desarrolladas. Pero más preocupante es la situación tecnológica de nuestros sectores tradicionales, son muy pocos, poquísimos, los que no han perdido cobertura de su comienzo internacional en los últimos diez años. Los únicos que han sabido mantenerla han sido unos pequeños nichos que tienen tecnología para competir. Dotar de tecnología a los sectores tradicionales es la única forma de recuperar competitividad.
.- ¿Qué papel juegan las personas en todo este proceso?
Si la innovación es utilizar conocimiento, las personas que lo poseen y saben aplicarlo son su base. Juegan el papel fundamental en los procesos innovadores y son insustituibles. Y esto vale para cualquier actividad innovadora de cualquiera de las etapas de la innovación.
La creación de conocimiento descansa en los investigadores, en las etapas de su aplicación son los ingenieros y los titulados de formación profesional los que asumen la responsabilidad. Pero sin personas tanto en los niveles directivos como en los simplemente operativos que entiendan el valor de utilizar su conocimiento, difícilmente se tendrá una sociedad innovadora y una economía competitiva.