Paso el 27-M ¿y ahora qué?

Pues eso. A partir de ahora a preparar los comicios de marzo de 2008 si es que al presidente del Gobierno no le da por adelantar las elecciones generales. Sin posibilidad alguna de equivocarme, la "pre-pre-campaña" electoral comienza el 28-M, al día siguiente de las municipales y autonómicas, porque se ha demostrado que hay posibilidad de cambio y unos (los cambiables) y otros (los cambiadores) van a echar el resto.

Quizás lo que nos ocupa, la cuestión SOCIAL, todas las letras con mayúsculas, sea de lo que menos se vaya a hablar en estos meses que restan hasta la próxima primavera, aunque sea, como resulta una obviedad, lo que más nos debería ocupar.

Volverá ETA a estar sobre todos los tapetes, las siglas en el País Vasco, la negociación, el Estatut o lo que quede de él, la unidad de España y hasta reaparecerán fotos de amantes por cualquier plató de televisión; saldrá de todo, pero de lo que menos se hablará será de la aplicación o no de la Ley de Dependencia; del futuro, causas y números reales de las pateras o cayucos; del debate energético y su efecto en el cambio climático; del desastre educativo en general; o del previsible colapso en el sistema sanitario por la falta de profesionales de la medicina.

De todo lo anterior se hablará poco, aunque si somos sinceros, deberíamos decir que de todos estos temas hablaremos poco todos, incluidos nosotros, los periodistas.

Porque esa es otra. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Si los periodistas pusiéramos encima de la mesa todos estos asuntos semiocultos no obligaríamos a los políticos a tomárselos más en serio? Y a más a más que diría un catalán: Si esos temas interesaran de verdad a la gente de la calle, ¿no nos subiríamos entonces al carro los periodistas y los políticos por necesidades del interés y de los programas electorales?

Hay un poco de todo. Creo que la gente normal tiene cubiertas en gran medida una enorme serie de necesidades y a partir de ahí, el resto le importa un bledo. Una sociedad más normal no podría soportar tirarse todo un verano, como el pasado y como el que viene, comiendo y cenando a la vez que los muertos saltan de la pantalla del televisor desde sus cayucos y pateras, por ejemplo.

Los periodistas, en nuestra alícuota parte, retroalimentamos el sistema porque nos encanta sobrevolar las alturas, tratar a los políticos de tú a tú y no bajarnos a la acera. Si lo hacemos (ya sé que generalizar es injusto) es para espacios y programas populares, más o menos amarillos, sin influencia.

Y los políticos lo mismo. No quiero decir que ETA, la sopa de siglas vascas o el modelo de Estado no sean trascendentales; no, pero en un país serio como Francia ha demostrado ser, se ha hablado durante su último periodo electoral de infinidad de cosas, además de las meramente políticas.

Pongámonos deberes. No estaría de más, por ejemplo, comenzar por estudiar estos últimos cuatro años los cinco capítulos mencionados para ver cómo ha ido la cosa: Inmigración, Dependencia, Cambio Climático, Educación y Sanidad.

Si cada uno de nosotros, como individuos, nos lo tomamos en serio, a la fuerza se lo tomarán los políticos y nos lo tomaremos los periodistas. Quizás así, la campaña de las generales que comienza el 28-M sea más llevadera, interesante y real.

Ángel Expósito.