A vueltas con España.- Una justicia en crisis

Sea casualidad o no, algunos de los grandes contenciosos políticos y judiciales del momento que vive España vienen a coincidir con la publicación de un documento del Círculo de Economía de Barcelona sobre 'Los retos de la seguridad y la justicia en España'. Esta entidad, creada en 1958, nació con el objetivo de contribuir a modernizar la vida económica y social española, fomentando los deseos de liberalización y apertura, y de favorecer la integración en la Comunidad Europea que se creaba con motivo de la firma del Tratado de Roma. No es por tanto sospechoso el también llamado Cercle de radicalismos o posiciones extrañas.

Pero lo que dice su documento sí es tan radical como claro: hay distanciamiento entre la sociedad y la justicia y hay desconfianza, incluso en las actuaciones policiales. Mirar para otro lado ante situaciones como ésta suele ser la peor receta, del mismo modo que lo es asumir como normal lo que en realidad es muy anormal. Un país donde se hace corriente etiquetar a los jueces como de izquierdas y de derechas, conservadores y progresistas, tiene que ir al médico, porque tiene un problema serio.

A quienes se les llena la boca con los pactos de Estado, se les abre ahora una magnífica oportunidad para demostrar su pasión por las cosas trascendentes. El Círculo de Economía sólo viene a corroborar lo que ya mucho antes han dicho las encuestas y la gente en el café. España tiene un problema con la justicia y quizá también con la policía, entendida en un sentido amplio. El Congreso y el Gobierno pueden ser muy democráticos, que lo son, pero no parece que deban ser las instituciones que controlen, de facto, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y la Fiscalía del Estado, que en España es en realidad la Fiscalía del Gobierno. De éste y del anterior, claro.

José Luis Gómez.