Actualizado 26/05/2011 22:39

El jurado declara culpable de asesinato al acusado de matar a su esposa en Píñar (Granada)

GRANADA, 26 May. (EUROPA PRESS) -

Un jurado popular ha declarado este jueves culpable de asesinato al hombre de 78 años acusado de acabar a tiros con la vida de su a su mujer, de 76 años, el pasado 3 de abril de 2009 en el domicilio que ambos compartían en Píñar (Granada). Los miembros del jurado, en contra del criterio de la Fiscalía, no han considerado que el individuo tuviese sus facultades intelectuales y volitivas completamente anuladas y han entendido que el informe psiquiátrico elaborado en cuanto al enjuiciado no se ajustaba a la realidad del momento en el que acontecieron los hechos.

La Fiscalía de Granada, a tal efecto, ha modificado su petición de pena y, en lugar de 20 años de internamiento psiquiátrico penitenciario, reclama 14 años de prisión, toda vez que la Abogacía del Estado, personada en nombre de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, mantiene su petición de siete años y seis meses de cárcel. En la última sesión del juicio, el fiscal había considerado que el procesado es un "enfermo mental", después de que las forenses que lo analizaron asegurasen que padece un "trastorno de ideas delirantes", con ataques de celos que le provocaban una concepción "errónea" de la realidad y una total anulación de sus facultades "cognitivas y volitivas".

No obstante, y pese a reconocer que el acusado padece un trastorno, el representante del Ministerio Público había señalado que el hombre mató a su esposa en un acto "súbito, repentino" y sin posibilidad de que la víctima se defendiera, con lo que no cometió un homicidio, sino un asesinato.

Además, había calificado al inculpado como una "persona peligrosa" que "no debe estar en la calle ni en casa con su familia", puesto que sus reacciones, teniendo en cuenta su enfermedad y aunque recibe tratamiento, "son imprevisibles", con lo que recomienda no su ingreso en prisión, pero sí su internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario.

Durante la primera sesión, el procesado reconoció haber matado a su esposa aunque dijo que se le fue "la cabeza" y que no sabe por qué lo hizo. Según explicó, aquel día su mujer iba a salir a la calle cuando comenzaron una discusión, tras lo que ella le dijo que la matara. "Yo le dije entonces que quien se iba a matar era yo y me puse una pistola en la cabeza. Ella empezó a gritar y me pedía que no me disparase, y entonces le disparé", relató.

El hombre tenía el arma guardada en el palomar de su vivienda, y allí había permanecido una década "para que no la encontraran los niños", y apenas una semana antes de lo ocurrido la había sacado de allí "para limpiarla". Según aseguró, su familia quería por aquel entonces que se tomara una medicación que lo dejaba "tonto" y se echaba en la comida, por lo que él decidió comer muchos días fuera para evitarlo.

Él, según recordó, llevaba casado con su mujer "cincuenta y tantos años" y "nunca" la había "amenazado", aunque, según afirmó, desconfiaba de ella desde hacía años y pensaba que le era infiel. De hecho, puso varios cerrojos en la vivienda porque tenía "susto" de que el hombre con el que ella estaba, según él creía, podía llegar de noche para matarlo.

"Ese día se me fue la cabeza. Yo no soy capaz de matar a nadie", dijo el procesado, que lleva ya dos años en prisión, en la que ingresó de manera preventiva tras cometer el crimen. Tras disparar a su mujer se fue "corriendo" a avisar a un vecino y, como no le contestaba, se marchó a un bar cercano, y levantó a su propietario, al que le pidió que llamara a su hijo y a la Guardia Civil, a la que confesó lo que había hecho y dónde estaba el arma utilizada.