Actualizado 24/06/2013 16:53

Acusado de asesinar a su exnovia reconoce que la apuñaló "cegado" por los celos


SEVILLA, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -

Francisco Javier S.C., el hombre acusado de matar de 21 puñaladas a su expareja sentimental en Lora del Río (Sevilla) cuando ésta se disponía a coger el tren de cercanías junto con sus amigas para trasladarse hasta la capital hispalense, ha reconocido que la apuñaló "cegado" por los celos, aunque ha dicho que "la quería mucho" y que "su intención no era matarla".

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, durante la primera sesión del juicio con jurado popular celebrada este lunes en la Audiencia Provincial de Sevilla, el imputado ha relatado que, tras comenzar la relación en 2002, la víctima decidió romper con él en julio de 2011, una ruptura que el acusado "no aceptaba" y a consecuencia de la cual se sentía "angustiado y muy triste".

En este sentido, ha indicado que el día 17 de septiembre de 2011 se encontraba paseando a su perra cuando, en un momento dado, pasó por su lado un vehículo en el que viajaba su expareja junto a varias amigas, tras lo que observó cómo lo aparcaban en las proximidades, por lo que decidió volver a su casa y coger una de las navajas que coleccionaba con el objetivo de "pincharle las ruedas", lo que ya había hecho una vez con anterioridad.

El imputado ha dicho que, cuando llegó a las proximidades del coche de su exnovia, vio a varias personas cerca, por lo que decidió no pincharle las ruedas, pero en el camino de vuelta se cruzó con la víctima, que "iba con una minifalda", por lo que "pensó que se iba con otro hombre" y se "cegó", sacando la navaja y clavándosela.

"JAMÁS QUISO MATARLA"

El acusado ha dicho que, a partir de ese momento, no se acuerda "de nada", ni siquiera de cuántas puñaladas le propinó ni en qué zonas del cuerpo lo hizo, ya que "estaba cegado". "Cuando vi la sangre y que se caída de rodillas, sentí miedo y me fui de allí", ha agregado, precisando que cogió el coche y se fue inicialmente a su casa, donde se lavó las manos y limpió la navaja.

El procesado, que ha querido dejar claro que "jamás quiso matarla" y que se ha mostrado arrepentido, ha indicado que se trasladó hasta la vivienda de su hermano, al que le dijo que había "pinchado" a su exnovia "pero que no se acordaba de nada", tras lo que llamó a la Guardia Civil y le confesó los mismos hechos que a su hermano, entregándose posteriormente en el cuartel.

Durante su relato, ha señalado que desde que rompieron la relación y hasta que tuvo lugar el crimen la víctima se presentó en su casa varias veces "para pedirme que vendiera la casa o le diera 24.000 euros para que ella se pudiera comprar un piso, pero le dije que no y se puso a pegar voces y a darme guantazos".

LA FISCALÍA PIDE 18 AÑOS DE CÁRCEL

Tanto la Fiscalía como la acusación que ejerce la Junta de Andalucía solicitan para el acusado 18 años de cárcel, mientras que la acusación particular y el abogado del Estado han elevado su petición a 25 años de prisión.

De su lado, la abogada del imputado ha solicitado su libre absolución al alegar que su patrocinado apuñaló a la víctima tras sufrir un trastorno mental transitorio, por lo que "no actuó de forma libre", sino "cegado, como loco". "No negamos la muerte, pero sí las circunstancias en las que se produjo", ha argumentado.

En su escrito de acusación, consultado por Europa Press, el Ministerio Público relata que el imputado mantuvo una relación de pareja análoga al matrimonio con la víctima, compartiendo incluso domicilio en Lora del Río, aunque esta relación concluyó en septiembre de 2011 por decisión de ella, una decisión que el acusado "no toleraba", por lo que desde esa fecha "no cesaba de atosigarla, siguiéndola y vigilándola adonde quiera que fuera".

EN LA ESTACIÓN DE RENFE

Sobre las 22,00 horas del 17 de septiembre de 2011, la víctima se dispuso en compañía de sus amigas a desplazarse en el tren de cercanías a Sevilla, para lo cual se dirigieron a la estación de Renfe.

El acusado, "que continuaba acechándola, enfureció de tal modo" al ver que se disponía a salir con sus amigas que decidió acabar con su vida, por lo que, "para asegurar el fin propuesto y evitando cualquier defensa" por parte de su expareja, se dirigió a su domicilio y cogió una navaja monocorte de las que coleccionaba.

Seguidamente, regresó al lugar donde "sabía que aún se encontraba" la fallecida y, al encontrarse con ella frente a frente, le preguntó dónde iba, "para a renglón seguido y sin solución de continuidad atacarla con la evidente intención de acabar con su vida y empleando para ello el cuchillo que portaba".

Concluida la agresión, el acusado, que se encuentra en prisión preventiva desde el momento de los hechos, abandonó el lugar y se entregó en dependencias de la Guardia Civil.