MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la Universidad de Tecnología de Eindhoven (Holanda) están trabajando para crear, en tres años, los primeros prototipos de lo que serán 'casas inteligentes' que permita a los mayores vivir independientes el mayor tiempo posible y que llevarán incorporado un robot un práctico robot que se encargue de cuidar estos lugares y asegurarse de que estas personas hagan lo que deben hacer.
Este proyecto, iniciado recientemente y que se ha denominado 'Servicio Inteligente de Robots para Envejecimiento' (KSERA, por sus siglas en inglés), se centrará sobre todo en los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una enfermedad que, para 2030, será la tercera causa de mortalidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que afecta, sobre todo, a las personas mayores.
En estas casas, el papel central lo realizará este 'robot doméstico'. Su trabajo será seguir al paciente, conocer sus hábitos, vigilarle de cerca, darle consejos audibles, bajar o subir el aire acondicionado para que el paciente esté cómodo y avisar al médico cuando el paciente esté haciendo algo incorrecto.
Además, este robot podría entretener a su dueño proporcionándole acceso a Internet y videos. Según explicó la doctora Lydia Meesters, la coordinadora del proyecto, el objetivo es "demostrar qué podemos hacer en este área".
Estos investigadores, del Departamento de Ingeniería Indusrial e Innovación Científica, señalaron que este nuevo tipo de cuidado inteligente no debería crear un ambiente frío. "El ambiente debería ser lo más hogareño posible. En una situación ideal, la única tecnología que se vea debería ser el robot, que tiene que ser el contacto con todos los sistemas domésticos. Por lo demás, el lugar debe ser muy hogareño", indicó.
Para conseguir todos estos objetivos, varios grupos europeos realizaran investigaciones en los próximos años. Por ejemplo, el doctor Raymond Cuijpers, también de la Universidad de Tecnología de Eindhoven, estudiarán cómo podría comunicarse el robot para que lo entiendan las personas y viceversa. Tendrá que ser inteligente y capaz de anticiparse.
Además, KSERA podría incluso unirse con el proyecto de esta misma universidad 'RoboEarth', que va a construir una especie de central de memoria global para robots, que permitirá que los robots 'aprendan' habilidades los unos de los otros, por ejemplo la de comunicarse.
Merecerán especial atención los problemas de ética que plantee este robot, que deberá dar buenos consejos a los pacientes, pero no deberá ser como un policía, según Meesters, quien dice que "se necesitará definir con claridad los límites" de las funciones del robot en situaciones en las que, por ejemplo, el paciente encienda un cigarrillo o qué tipo de información pasará a la 'central de operaciones' para proteger la privacidad del paciente.
El proyecto cuenta con un presupuesto total de casi 4 millones de euros, de los que 2,9 millones serán aportados por la UE. Entre los grupos de investigadores que participarán en el proyecto figuran el Institute Superiore Mario Boella (Italia), la Vienna University of Technology, la Hamburg University, la compañía italiana de ICT Consoft, el Central European Institute of Technology (Viena) y el Maccabi Healthcare Services (Israel). Los primeros prototipos de estas casas se construirán en Israel y Viena.