MADRID 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 6 y 19 años de cárcel a dos acusados de delitos de agresión sexual y prostitución de menores cometidos contra una niña de 14 años en febrero de 2005 en la localidad madrileña de Arganda del Rey.
En una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, la Sección Veintitrés condena a Guillermo Eduardo L.S. a 19 años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual, otro de prostitución de menores y agresión sexual, mientras que impone seis años de cárcel a Jesús M. por un sólo delito de agresión sexual.
Además, Guillermo Eduardo L.S. no podrá acercarse a la menos durante veinte años y deberá pagar una indemnización de 60.000 euros por el daño moral causado. Por su parte, Jesús no podrá acercase a la chica durante siete años y deberá indemnizarla con 6.000 euros.
La abogada de la menos ha indicado a Europa Press que se encuentra "satisfecha" con la resolución al apreciar en la conducta de Guillermo un delito continuado de agresión sexual, un extremo que incluía la acusación particular en su acusación.
Los magistrados sustentan la condena en el testimonio de la víctima, puesto que ha mantenido "un mismo relato sobre los hechos juzgados que cuenta de forma lógica y ordenada", a pesar del "gran nerviosismo" que manifestó en el juicio, que se celebró el pasado 5 de mayo. "Lo esencial del relato se mantiene", ha indicado.
Asimismo, el tribunal recalca la inexistencia de móviles espurios que pudieran resultar "bien de las tendencias fantasiosas o fabuladoras de la víctima o bien de las previas relaciones acusado-víctima, que "enturbien la sinceridad de la declaración haciendo dudosa su credibilidad".
Así, recalca que no se han acreditado estos móviles a tenor de la declaración del acusado, quien aseguró en la vista oral que los hechos denunciados respondían a un problema que se produjo con la venta de un coche a la madrastra de la menor. Según su versión, las relaciones que mantenía con la chica eran consentidas.
HECHOS JUZGADOS
La sentencia relata que Guillermo obligó, un día sin determinar de febrero de 2005, bajo diferentes amenazas a una menor, alumna de un instituto de Torrejón de Ardoz, a ir con él del centro escolar a la habitación de un hotel en Arganda del Rey.
Tras forzarla a desnudarse, colocó una cámara de vídeo y salió de la habitación para volver momentos después con un individuo, que se encuentra en busca y captura, que "manoseó a la menor, si bien y ante su resistencia, desistió".
A continuación, entró otro hombre en la habitación que al ver la edad de la joven desistió también de satisfacer con ella sus deseos sexuales, aunque eso sí, abonó a Guillermo los 100 euros que ambos habían convenido como precio por el contacto que iba a mantener.
Escasos minutos después, "entró Guillermo en el cuarto, encendió de nuevo la cámara y empezó a tocar a la menor por todo el cuerpo antes de forzarla de modo completo".
La joven aceptaba estas relaciones por el temor que sentía y por ser conocido de su familia. En torno a esta última fecha, el dueño del hotel, de común acuerdo con Guillermo, entró en la habitación y tras golpear a la menor logró mantener relaciones íntimas.