El inmigrante repatriado que obtuvo un visado de vuelta agradece la "nueva oportunidad" pero lamenta los "años perdidos"

"En Marruecos todos piensan que en España es fácil vivir, encontrar trabajo y empleo. Pero realmente no es así", señala el joven.

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 12 octubre 2009 10:30

MADRID, 12 Oct. (EUROPA PRESS) -

Bilal E.M., el inmigrante repatriado que obtuvo un visado de vuelta a España agradece esta "nueva oportunidad" de volver a vivir en la Península, pero lamenta "los tres años perdidos" que ha pasado en Tánger.

Hace una semana el joven de 20 años llegó a España, convirtiéndose en el primer inmigrante que, tras haber sido "expulsado ilegalmente" obtiene un visado para volver al país y se le regulariza su situación. Sin embargo, Bilal no cree que su caso "sirva de ejemplo" para futuras acciones como esta, según revelo hoy en una entrevista concedida en exclusiva a Europa Press.

Su sueño de vivir en España y tener los papeles en regla se ha cumplido y ahora solo quiere seguir formándose para pronto trabajar como carpintero y poder enviar dinero a su familia. A Bilal le proporcionaron un visado para poder entrar al país, pero aún no tiene tarjeta de residente, aunque ya se la esta reglando su abogado.

"Ojalá pueda continuar con el curso de carpintería en aluminio que tuve que dejar cuando me repatriaron a Marruecos, porque me gusta y quiero trabajar", señaló. Además, desea poder volver a Marruecos "de vacaciones" para ver a su familia, cuando tenga todos los papeles en regla.

REPATRIACIÓN DE IMPROVISO.

Sin embargo, aunque está "feliz" en España "no puede olvidar" "lo mal" que le trató la policía cuando le enviaron en el avión de vuelta a su casa, cuando solo era un menor. "Me fueron a buscar al taller donde estaba estudiando y me llevaron al aeropuerto sin darme ninguna explicación. Me empujaron y me pegaron", aseguró el joven.

A pesar de que sus educadores y abogados hicieron lo posible para que no le montaran en el avión, la policía "apagó su móvil" y le repatriaron. Cuando llego allí, "nadie" sabía que llegaba y su familia y amigos no entendían que había pasado.

Durante los tres años que estuvo en Tánger, estudio en el Instituto Cervantes y mantuvo el contacto con educadores que le insistían en que tuviera "paciencia" para volver a España. Bilal "nunca perdió la esperanza". Cuando, por fin, se lo comunicaron, su madre "se puso muy contenta" y le "animó". "En Marruecos todo el mundo se piensa que en España es fácil vivir, encontrar trabajo y vivienda. Pero realmente no es así, hay que aguantar mucho", confesó.

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