Actualizado 29/02/2008 14:02

El envejecimiento de la población china podría poner la puntilla a la política del hijo único

BEIJING, 29 Feb. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -

La política del hijo único, instaurada en China hace 30 años coincidiendo con su apertura económica al exterior para contener el imparable crecimiento de la población, podría tener los días contados debido al preocupante envejecimiento de la población en el gigante asiático, según reconoció uno de los máximos responsables nacionales de esta política.

"Queremos que cambie de forma paulatina. No puedo decir cuándo o cómo, pero este asunto se ha convertido en un tema importante entre los legisladores", declaró Zhao Baige, viceministro de la Comisión Nacional para la Planificación de la Población y la Familia.

En un país que lleva años sometiendo a sus mujeres, sobre todo en el campo, a revisiones ginecológicas y abortos forzosos para cumplir la ley, los controles han ido relajándose poco a poco. Según recordó Zhao, aquellas parejas de ciudades como Beijing o Shanghai compuestas por hijos únicos pueden ahora, si quieren, tener dos vástagos, en vez de uno, y también entre las minorías étnicas está permitido concebir más hijos (si bien las minorías representan tan sólo el 2 ó el 3% de la población total china).

"Pero lo más importante son aquellas personas que están en el centro (del país), como en Henan. Casi 100 millones de personas y aún fuertemente influidas por la tradición. Quieren un hijo, y ya cuentan con un medio ambiente muy frágil", señaló Zhao, lo que haría pensar en que la política no se relajará al mismo ritmo en todas las regiones.

El principal problema citado para detener la política es el envejecimiento de la población, pero las restricciones también han tenido otras consecuencias indeseables, como el hecho de que en el país asiático nazcan como media 118 niños por cada 100 niñas (se considera natural una proporción de hasta 103 varones por 100 niñas).

En zonas ricas como la provincia de Guangdong, en la que los futuros padres pueden permitirse pagar las pruebas (ilegales) para conocer el sexo del bebé, y por tanto abortar después, el desequilibrio asciende a 130 niños nacidos por cada 100 niñas, lo que ha llevado a las autoridades a calcular que, en el año 2020, entre 30 y 40 millones de hombres jóvenes se verán condenados a permanecer solteros por falta de mujeres. La solución probable pasará, como en el caso de Taiwán, con tasas también de 130 niños por cada 100 niñas, por viajar a regiones o países más pobres en busca de esposas.