Actualizado 25/10/2007 11:45

Entre 15 y 20 cubanos llegan cada mes a la isla de Puerto Rico de manera ilegal


SANTO DOMINGO, 25 Oct. (EP/AP) -

Entre 15 y 20 cubanos llegan cada mes a la isla de Puerto Rico de manera ilegal utilizando la República Dominicana como puente, según reveló hoy el jefe de la Marina de Guerra puertorriqueño, el vicealmirante Julio César Ventura Bayonet.

"Son bastantes, día a día hay que estar trabajando con eso, ellos cogen el Canal de la Mona, llegan a aguas territoriales de los Estados Unidos, que es lo mismo que Puerto Rico, para así beneficiarse con un asilo político", indicó Ventura Bayonet a los periodistas.

Los extranjeros entran al territorio dominicano con visado de turistas, de residencia o de negocios, y de manera ilegal por la frontera dominico-haitiana. Los emigrantes cubanos, que pagan entre 2.500 y 3.000 dólares por viaje (entre 1.752 y 2.103 euros), suelen ser llevados a la Isla de Mona, al oeste de Puerto Rico, territorio estadounidense.

En el tráfico opera una red con conexiones en Cuba, Miami y República Dominicana, según las autoridades. El vicealmirante destacó que los viajes ilegales, en sentido general, se han reducido en el país caribeño, "pero no se puede decir que las autoridades hayan ganado la batalla".

Además, Ventura Bayonet indicó que a las autoridades dominicanas encuentran difícil arrestar a los organizadores de los viajes ilegales, ya que las personas detenidas no los identifican por miedo a represalias. La Marina de Guerra tiene previsto en noviembre crear un banco de datos de los viajeros ilegales apresados.

Las estadísticas suministradas por la Marina de Guerra indican que en el 2007 se han incautado 240 embarcaciones, de las cuales 203 fueron interceptadas por las autoridades dominicanas y 35 por la Guardia Costera de Puerto Rico. Mientras que del total de viajeros detenidos 2.173 son dominicanos, 99 cubanos, 77 haitianos, tres peruanos y dos ecuatorianos. Cada año miles de dominicanos tratan de llegar a Puerto Rico en frágiles embarcaciones ante la falta de perspectivas económicas.