MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo genera división entre la sociedad española, con un 44 por ciento de los ciudadanos que la aceptan frente al 42 por ciento que se muestran contrarios. Sin embargo, seis de cada diez españoles aceptan el matrimonio entre homosexuales, según las conclusiones del 'Retrato social de los españoles' de la Fundación BBVA, presentados hoy en Madrid.
La aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo predomina entre los jóvenes, con una media del 75 por ciento de la población de 15 a 34 años; los que tienen estudios superiores, con un 71 por ciento; las personas no adscritas a una religión, con un 75,5 por ciento, y los que se identifican con la izquierda y el centro-izquierda, con un 71,9 por ciento, tal y como refleja este análisis realizado con los datos de 2.000 encuestas.
El matrimonio mantiene su vigencia como institución pero se descubre una alta aceptación del divorcio (68,5 por ciento), además de admitirse otras posibilidades de vida en común, como vivir en pareja sin casarse (79,7 por ciento). Asimismo, los españoles no creen que sea necesario estar casado o tener pareja para ser feliz ni la paternidad o maternidad para la realización personal, mostrando una visión optimista de la duración de las relaciones de pareja.
En relación a sus creencias, este retrato de la sociedad española concluye que la gran mayoría de los españoles se declara católica (74,1 por ciento), más las mujeres frente (79 por ciento), los mayores de 55 años (87 por ciento) y los de menor nivel educativo (86 por ciento). Entre los católicos, el 47,8 por ciento cree en la existencia de Dios pero el 20,3 por ciento tiene dudas en ocasiones, mientras el 33,2 por ciento de los no adscritos a una religión que niegan su existencia.
A pesar de existir un sentimiento de religiosidad medio en la población, la mitad no acude nunca a ceremonias religiosas, ni siquiera el 38,5 por ciento de los católicos, y cuatro de cada diez no rezan jamás (tres de cada diez católicos). La Iglesia sigue estando presente en ceremonias características del ciclo vital de las personas (bautizos, bodas y funerales), con un 70 por ciento de la población que ha asistido a alguna en el último año.
Así, entre los católicos un 43 por ciento no ve relevante creer en una religión para tener valores y actuar de forma ética frente a un 35 por ciento que tiene la visión contraria, además de que un 42 por ciento cree que las personas con creencias religiosas hacen que las sociedades sean moralmente mejores contra un 35 por ciento que no lo ve de este modo. Los no adscritos a una confesión religiosa rechazan la asociación ética-religión.
ACEPTACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN.
Sobre las normas sociales, abandonar animales, conducir en estado de embriaguez, tirar la basura en la calle o falsear datos de la declaración de la renta son conductas que generan un rechazo casi universal frente a otras como el consumo de marihuana, la prostitución en la calle, el empleo de inmigrantes ilegales o la prostitución que encuentran aceptación social.
Consumir alcohol en parques, jardines y plazas o marihuana o cannabis son actitudes que rechazan principalmente la población de más edad y con sólo estudios primarios mientras las aceptan los más jóvenes y con formación superior. Por otra parte, bajarse música o películas de Internet sin pagar, copiar un programa o un 'software' para el ordenador y adquirir CDs o DVDs copiados son conductas que dividen a la población, siendo menor la aceptación de la propiedad intelectual en los jóvenes.
En relación al empleo, los españoles lo consideran un importante elemento de realización personal (78,2 por ciento) pero abogan por el tiempo libre como valor que hace que merezca la pena vivir (57,1 por ciento). Los factores claves de un trabajo son, principalmente, el nivel de ingresos, la estabilidad y que permita conciliarlo con la vida personal mientras la creatividad no es una preferencia de los españoles para su ocupación.
La política es el tema informativo que menos interesa a los ciudadanos, con un 4,6 sobre diez, frente a cuestiones como la salud, la cultura o el medio ambiente, que ocupan los primeros puestos. Así, denuncian que los partidos políticos no prestan atención a los asuntos que de verdad les importan (67,3 por ciento), entre los que se sitúan el terrorismo, el paro, la inmigración y la vivienda, frente a cuestiones que no les preocupan tanto, como la educación, la sanidad y la pobreza.
El terrorismo y la inmigración son asuntos prioritarios para los mayores de 65 años, las personas con estudios primarios y los simpatizantes de la derecha y el centro-derecha, mientras la vivienda preocupa más a los jóvenes. Por otra parte, la inmigración se percibe claramente como un fenómeno más positivo que negativo, con 37 puntos de diferencia, pero se demanda su regulación y favorecer la llegada de inmigrantes mejor formados que la media de la población española.
AMPLIA IDEOLOGÍA DE CENTRO.
En cuanto a su orientación política, existe una amplia zona de centro, tanto desde la izquierda hasta la derecha, además de casi tres de cada diez encuestados no se definen o rechazan posicionarse ideológicamente. Pero hay un consenso en que el Estado debe asegurar el bienestar de todos los ciudadanos, asumiendo su rol como contribuyentes y apostando por que se sigan reduciendo las desigualdades, con una valoración favorable de la evolución de la democracia.
Sin embargo, se ve una satisfacción moderada con la labor que desarrollan los principales poderes del Estado (Parlamento, Gobierno y tribunales de Justicia), sin existir una crisis ni un malestar institucional, destacó el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, durante la presentación del estudio. Las instituciones que más confianza dan son las relacionadas con el conocimiento, como universidades (6,9 puntos sobre diez) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (6,4 puntos) frente a la Iglesia y las empresas multinacionales (con 4,4 puntos cada una).
Por grupos profesionales, los médicos y los científicos, con 7,1 y 6,9 puntos, respectivamente, son en los que más confían, en contra de los políticos y los religiosos, a los que sólo dan unas puntuaciones de 3,4 y 4,2, respectivamente, en confianza. A pesar de todo ello, los españoles dan un 7,5 sobre diez como nota de su situación personal, con valores de 8,1 en relación a su familia; 8 para sus amistades; 7,3 para su salud; 6,7 a su situación laboral y 6,3 a los ingresos de su hogar.