Actualizado 06/10/2008 18:50

Amnistía denuncia los "riesgos" a que se enfrentan los periodistas y activistas de DDHH en Rusia

Asegura que los periodistas siguen sufriendo agresiones y hostigamientos dos años después del asesinato de Politkovskaya


MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) advirtió este lunes, en vísperas del segundo aniversario del asesinato de Anna Politkovskaya, de que las recientes agresiones sufridas por periodistas independientes y activistas de los Derechos Humanos "ilustran los riesgos con que trabajan estas personas en Rusia", por lo que instó a las autoridades rusas a poner fin a la violencia contra los defensores de los Derechos Humanos y los medios de comunicación.

"Los activistas de los Derechos Humanos y los periodistas son quienes llaman la atención de la ciudadanía sobre el incumplimiento de las promesas de justicia y protección de los derechos formuladas por los gobiernos en la legislación nacional, así como de las obligaciones que han contraído en virtud de los tratados internacionales de Derechos Humanos", señaló Amnistía Internacional.

"Sin embargo, son los activistas de los Derechos Humanos y los periodistas quienes con demasiada frecuencia sufren en Rusia hostigamiento por parte de las autoridades, e incluso son víctimas ellos mismos de abusos contra los Derechos Humanos", prosiguió.

En un país donde la televisión y muchos otros medios de comunicación están controlados por el Estado, hay cada vez menos espacio para la información independiente, según AI, que aseguró en su comunicado que los periodistas que intentan informar con independencia "encuentran obstáculos para realizar su labor profesional y pueden ser objeto de intimidaciones y, posiblemente, de procesamientos".

Éste es el caso de la emisora de radio Eco de Moscú, a la cual, según Amnistía, se le ha pedido reiteradamente que proporcione a la Fiscalía transcripciones de sus programas en relación con una investigación preliminar sobre la presunta emisión de opiniones extremistas en ella.

"Dos años después del asesinato de Anna Politkovskaya, los activistas de los Derechos Humanos y los periodistas continúan en situación de riesgo en la Federación Rusa, especialmente en la región del Cáucaso septentrional", denunció AI. "Pueden ser secuestrados y torturados, sufrir ataques contra sus bienes, recibir amenazas de muerte o ser víctimas de homicidio en circunstancias controvertidas", aseguró la organización.

ANNA POLITKOVSKAYA

Anna Politkovskaya fue asesinada el 7 de octubre de 2006 en el centro de Moscú. Dos años después del homicidio, tres personas acusadas de participar en él se encuentran detenidas, pero el asesino sigue en libertad, y no se ha realizado ninguna investigación independiente para determinar quiénes ordenaron matarla.

"Anna Politkovskaya era una de esas personas valientes que defienden incansablemente a quienes han sufrido violaciones de Derechos Humanos", manifestó Amnistía Internacional. "Era muy probable que la mataran por ello", aseveró.

Amnistía Internacional instó en su comunicado a las autoridades rusas a que garanticen en todos los niveles que se hará justicia con respecto al asesinato de Anna Politkovskaya y demuestren claramente que no hay impunidad para los autores de agresiones a defensores y defensoras de los derechos humanos y periodistas.

La organización "continuará siguiendo atentamente el caso y pidiendo que se brinde protección a los periodistas y al colectivo de defensores de los Derechos Humanos en la Federación Rusa", advirtió AI.

CASOS RECIENTES

Entre los casos concretos citados por Amnistía destaca la muerte bajo custodia policial de Magomed Evloev, propietario de un sitio de Internet ingushetio independiente, el pasado 31 de agosto, que según la organización debería ser investigada "con total imparcialidad para garantizar que se esclarecen las circunstancias en que se produjo y que los responsables son acusados formalmente y juzgados de acuerdo con la ley".

Otro caso ocurrió el pasado 25 de julio, cuando unos hombres armados, "que se cree que eran agentes federales encargados de hacer cumplir la ley", se llevaron de su casa, en Troitskaia, Ingushetia, al activista Zurab Tsechoev, que trabaja en esta república para la organización de Derechos Humanos MASHR ('Paz').

Un par de horas después apareció en la cuneta de una carretera de las proximidades de Magas, capital de Ingushetia, con lesiones graves. Tuvo que ser hospitalizado. Amnistía Internacional ha pedido que se identifique a los autores de esta agresión contra Zurab Tsechoev y se los ponga a disposición judicial.

Asimismo, el pasado 1 agosto, a altas horas de la noche, se produjo un incendio, presuntamente provocado, en el apartamento de Dmitrii Kraiujin, defensor de los Derechos Humanos de la ciudad de Orel, en el Distrito Federal Central. Al parecer, los autores del incendio intentaron también bloquear la puerta de entrada. Los informes indican que, "afortunadamente, Kraiujin no se encontraba allí", pero sus familiares, que sí estaban, pudieron avisar a los bomberos a tiempo, según la organización.

De acuerdo con la información de que dispone Amnistía Internacional, "hasta ahora no se ha realizado ninguna investigación criminal sobre lo ocurrido, ya que parece que las autoridades consideran que los daños fueron demasiado insignificantes para abrir una". "No obstante, este incendio no es un incidente aislado en lo que a las amenazas contra Dmitrii Kraiujin se refiere", advirtió la organización.

El pasado 14 de agosto, unos desconocidos arrojaron un ladrillo a la ventana del apartamento de Nizhni Novgorod donde vive el activista de los Derechos Humanos Stanislav Dmitrievskii. "Por suerte, nadie sufrió daño alguno", según AI. Al mismo tiempo cubrieron la entrada del edificio de insultos y amenazas contra Dmitrievskii. Se ha abierto una investigación criminal sobre esta agresión.