PALMA DE MALLORCA, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Asociación de Parapléjicos y Grandes Minusválidos de Baleares (Aspaym) denunciará a partir de mayo de 2008 a todos aquellos comercios y locales que no cumplan la Ley de accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas, que obliga a todos los espacios públicos, servicios y edificios a estar adaptados arquitectónicamente para permitir su acceso a personas con movilidad reducida y minusválidos.
Así lo aseguró hoy a los medios de comunicación el presidente de Aspaym Baleares, Rafael Bosch, que asistió a un recorrido en silla de ruedas junto a miembros del Ayuntamiento de Palma y del Consell de Mallorca, que recorrieron la calle Unió y Jaime III hasta Passeig Mallorca en silla de ruedas para comprobar las dificultades del desplazamiento.
Bosch recordó que el Decreto Ley de accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas fue aprobado en 1992 y daba 15 años de plazo a todos los comercios y locales para adaptarse a la normativa, un plazo que se cumple dentro de seis meses.
Según Bosch, tras quince años de tiempo para cumplir la norma, tan sólo un diez por ciento de la ciudad de Palma se ha adaptado a personas minusválidas o con movilidad reducida, siendo el Casco Viejo la zona con mejor accesibilidad y el Polígono de Levante y Pere Garau, así como los extrarradios de la capital, las que peor han se han adaptado la normativa.
Los principales problemas, según el presidente de la asociación, son las rebajas de las aceras, los accesos a las tiendas y a los bares, restaurantes, cines, bancos y farmacias. En este sentido, criticó que muchas de las rebajas de la calle están bien realizadas, aunque los coches mal estacionados impiden a las personas en silla de ruedas acceder de manera normalizada.
ADAPTACIÓN LENTA
Por su parte, el conseller ejecutivo de Bienestar Social del Consell de Mallorca, Jaume Garau, quien participó en la iniciativa realizada hoy, señaló que Govern, Consells y Ayuntamientos realizan mucho trabajo en la supresión de barreras arquitectónicas, aunque manifestó que "aún queda una burrada de trabajo por hacer".
Garau señaló que el Consell cuenta con una taula de sensibilidad, en la que participan las asociaciones, y que se encarga de realizar catálogos de los lugares accesibles, realizan la vigilancia del cumplimiento de la normativa en los edificios oficiales y llevan a cabo diagnósticos en los pueblos de la isla.
Así, señaló que los puntos importantes y que necesitan de la supresión total de barreras son, sobre todo, los edificios de servicios sociales, centros sanitarios y residencias, lugares "que están muy avanzados" en su adaptación ya que, según aseguró, "es muy raro ver edificios de este tipo con deficiencias graves".