MADRID 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció este jueves que los ataques y enfrentamientos en República Democrática del Congo (RDC) se han extendido a zonas nuevas del norte del país, lo que ha obligado a cientos de miles de civiles a huir de sus hogares.
Por esto, MSF pide un aumento urgente del acceso y la asistencia en las regiones de Alto y Bajo Uelé, y en la de Equatoria Occidental, en Sur de Sudán, donde las agencias humanitarias tienen numerosas dificultades para responder a las necesidades que ha provocado la violencia.
Desde finales de 2008, la población civil de estas provincias vive atrapada por los violentos ataques del grupo rebelde ugandés Ejército de Resistencia del Señor (LRA), así como por la ofensiva ugandesa y congoleña contra los rebeldes. A medida que la situación se deteriora, la población también debe hacer frente a unos actos de bandidaje cada vez mayores, denuncia la organización.
"La población local es el blanco de la violencia, los secuestros y el abuso sexual", afirmó la responsable de operaciones de MSF en Sur de Sudán, Marta Cañas. "Hablamos de tácticas de violencia que tienen como objetivo sembrar el miedo en la población; nuestros pacientes relatan las historias más brutales; niños que han sido obligados a matar a sus padres y gente quemada viva dentro de sus propias casas", explicó.
La violencia y los enfrentamientos armados se han extendido gradualmente hasta afectar en la actualidad no sólo al noreste de RDC y a Sur de Sudán, sino también al este de la República Centroafricana, lo que ha provocado que miles de civiles hayan tenido que abandonar sus hogares y que ahora carezcan de asistencia.
"Cada día se desplazan nuevas personas en la región", explicó el coordinador de la organización en una ciudad de Alto Uelé, Pierre Kernen. "Se han visto obligadas a huir una, dos, tres veces, han buscado refugio con familias locales o en edificios vacíos, pero ni aun así consiguen sentirse seguras", lamentó.
MSF está proporcionando atención médica y psicológica, pero subraya que los desplazados necesitan con urgencia alimentos, agua limpia, abrigo y unas condiciones de vida adecuadas. Debido a la inseguridad y a la ausencia de carreteras en estas zonas tan aisladas, la organización ha tenido que utilizar aviones para hacer llegar suministros, medicamentos y personal a la mayoría de sus proyectos.
LA ASISTENCIA ES UN RETO
"Dar asistencia humanitaria a la población de esta región es todo un reto, pero creemos que puede y debe hacerse mucho más para responder a las consecuencias que esta guerra tiene para la población", afirmó Cañas. "Las organizaciones humanitarias deberían responder urgentemente a las necesidades de las personas en las zonas más afectadas por los enfrentamientos y hasta ahora olvidadas", concluyó.
Actualmente, MSF trabaja en seis localidades repartidas por el norte de RDC, donde realiza más de 9.000 consultas médicas mensuales en hospitales y centros de salud. MSF también ha distribuido artículos de primera necesidad a unas 16.000 personas desplazadas por la violencia, a quienes también ha vacunado y prestado apoyo a la salud mental. Al otro lado, en Sur de Sudán, MSF ofrece asistencia a los refugiados congoleños y los desplazados sudaneses que huyen de la violencia de los rebeldes.