NUEVA YORK, 20 Jul. (Reuters/EP) -
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, urge a resolver el problema de los exiliados iraníes que habitan el campo de refugiados de Ashraf, cerca de Bagdad, que en abril fue escenario de sangrientos enfrentamientos entre fuerzas iraquíes y residentes.
Ban anima "a todas las partes implicadas a aumentar sus esfuerzos para explorar las alternativas y buscar una solución consensuada que garantice el respeto a la soberanía iraquí y a la vez sea respetuosa con la legislación internacional de Derechos Humanos y los principios humanitarios".
"Para tal fin, pido a los estados miembros (de la ONU) que ayuden a apoyar y facilitar la aplicación de cualquier acuerdo que sea aceptable para el Gobierno de Irak y para los residentes del campamento", ha manifestado en un informe sobre Irak.
Este mismo mes el líder de la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI), Maryam Rajavi, rechazó la propuesta de Washington para trasladar la población a un lugar escogido por el Ejecutivo iraquí, pues entiende que podría provocar una "masacre". Oficialmente, el PMOI está considerado un grupo terrorista por Washington, aunque goza de algún apoyo en el Congreso norteamericano.
Ban insta a Bagdad a evitar el uso de la fuerza y garantizar el acceso adecuado para los residentes, bienes y servicios. Amnistía Internacional ha pedido a Irak que detenga el "hostigamiento" de los exiliados, quienes tienen dificultades para adquirir medicinas básicas y salir de su campamento para recibir tratamiento médico.
Este mismo martes el enviado iraquí en el Consejo de Seguridad de la ONU, Hamid Bayati, aseguró que su país ha permitido que fuerzas de Estados Unidos y representantes de la ONU entren en la población para entregar medicamentos y comida. A su vez reiteró la voluntad de su Gobierno por investigar los sucesos de abril, que dejaron 34 muertos. Este último punto es algo que, en opinión de Ban, "continúa pendiente".
Bayati ha reafirmado la intención iraquí por reasentar a los refugiados sin descuidar el respeto de sus derechos, aunque critica que la presencia del PMOI supone "un duro desafío a la soberanía de Irak". El Gobierno de Irak quiere cerrar el campamento antes de final de año.