Actualizado 27/11/2007 18:20

Bangladeshíes se encierran en la parroquia roja para reclamar atención sobre sus 33 compatriotas escondidos en Ceuta

Interior se comprometió a "dar una respuesta en un plazo breve de tiempo" pero cinco semanas después, siguen viviendo a la intemperie


MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

Una treintena de ciudadanos de Bangladesh se encerraron este martes en la parroquia de San Carlos Borromeo (la llamada 'parroquia roja de Entrevías') en Madrid para reivindicar a Interior que cumpla su compromiso y dé una solución a los 33 compatriotas que permanecen viviendo a la intemperie en un monte de Ceuta tras fugarse hace ya tres meses del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).

En una rueda de prensa celebrada en la propia iglesia, responsables de la Red de Apoyo Ferrocarril Clandestino, el colectivo que presta ayuda a estas personas, denunciaron la "grave" situación que atraviesa el grupo, viviendo "en condiciones extremas", "inhumanas" e "insalubres", sin agua ni comida, mientras los ciudadanos españoles se vuelcan en la ayuda humanitaria a los bangladeshíes afectados por el ciclón 'Sidr'.

"Sorprende la fulgurante ola de solidaridad con los ciudadanos de Bangladesh ante el desastre originado por el 'Sidr', que contrasta con otro ciclón que arrolla los Derechos Humanos de este grupo de migrantes", declaró la organización, que sostiene que, si bien los desastres naturales no pueden evitarse, "sí se puede arreglar la situación" de estas personas.

"Eso sí es solidaridad bien entendida", apuntó la portavoz de Ferrocarril Clandestino, Teresa Sánchez, quien incidió en que "una ayuda más efectiva y menos asistencial sería trasladarles a la Península para que así puedan ayudar a sus familias en Bangladesh", quienes, por otra parte, desconocen la verdad de la situación.

CINCO AÑOS FUERA DE CASA

Hace ya cerca de cinco años que muchas de estas personas abandonaron el país asiático. Su recorrido, para el que "han vendido casa y tierras y han hipotecado a sus familias", les llevó "por distintos medios de locomoción" desde India a Ceuta, pasando por África Oriental hasta cruzar el desierto del Sáhara y después a Marruecos, en cuya frontera con Ceuta fueron detenidos.

Las autoridades españolas les trasladaron al CETI donde permanecieron, según los casos, entre dos y dos años y medio mientras veían como "otros muchos migrantes eran trasladados a la Península en plazos mucho más cortos de tiempo" porque procedían "de otras nacionalidades", explicó Sánchez.

El pasado 11 de julio, 37 de estas personas estuvieron a punto de embarcar en un vuelo rumbo a la Península, pero en la noche del día 10 "con todo preparado y los papeles listos, se canceló" el traslado, según Ferrocarril Clandestino, por los intereses "estratégicos" de España en Bangladesh, donde se inaugurará próximamente una embajada tal y como publicó el BOE el pasado 14 de noviembre.

Dado que no iban a salir de Ceuta, la deportación "era inminente" por lo que los 37 decidieron fugarse y buscar refugio en el monte. Los problemas de salud de cuatro de ellos les hicieron volver al CETI, donde sólo continúan tres, pues a principios de octubre uno fue deportado. Ninguno puede ni quiere volver a su país, porque eso "no significa volver a casa" ya que "la honra" les impide regresar con su familia y no conservan propiedades porque las tuvieron que empeñar.

Se da la circunstancia de que 23 de estas 33 personas solicitaron asilo político a España por ser militantes de un partido de la oposición al actual gobierno militar de Bangladesh. Ninguno de los expedientes ha sido admitido a trámite, como confirmaron los responsables de Ferrocarril Clandestino. Amnistía Internacional se encuentra estudiando caso por caso.

EL COMPROMISO DE INTERIOR

El pasado 19 de octubre la organización se reunió con el gabinete del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y le trasladaron una batería de preguntas cuestionando la "legalidad de mantener a estas personas en un 'limbo jurídico (por el CETI) durante más de dos años" y reivindicando una intervención directa por su parte que no pase por la deportación.

De aquel encuentro "salió el compromiso por parte de Interior de dar una respuesta en un plazo breve de tiempo a estas preguntas así como respecto a su posición sobre la situación de los 37 bangladeshíes de Ceuta". Han pasado cinco semanas y "la ausencia de respuesta" ha llevado a un grupo de compatriotas a acometer este "encierro simbólico".

La movilización está respaldada por 35 asociaciones, colectivos y ONG como CEDEHU, SOS Racismo, Madres contra la Droga, Ecologistas en Acción o CONFER y cuenta con apoyos en el ámbito universitario y en el mundo de la cultura y el cine. La petición de ayuda a la Administración ha sido además, respaldada por 6.000 firmas.