Actualizado 01/04/2008 19:38

Científicos podrían haber dado con la solución para el cáncer que está acabando con los demonios de Tasmania (Australia)

SIDNEY, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de científicos podría haber dado con la solución al cáncer facial que aparece en la mayoría de los demonios de Tasmania y que ha provocado que esta especie se encuentre actualmente en peligro de extinción.

Según los investigadores, un ejemplar apodado 'Cedric' parece naturalmente resistente a este tumor contagioso que ya ha acabado con la vida de la mitad de la población de demonios de Tasmania, ya que es el primero que, por ahora, es inmune a este cáncer que les desfigura la cara y les acaba matando.

Los demonios de Tasmania son consumidos por el tumor e incluso les impide comer o se quedan ciegos, por lo que la mayoría de las veces mueren de inanición, según la BBC.

'Cedric' fue capturado en el oeste de la isla de Tasmania el año pasado junto a su hermanastro, apodado 'Clinky'. Los investigadores les infectaron a los dos con el cáncer, pero 'Clinky' no produjo anticuerpos. Mientras, 'Cedric' parece haber desarrollado en su organismo ciertas defensas contra la enfermedad.

El investigador Alex Kriess explicó que ambos ejemplares han vivido con células cancerígenas en sus caras, pero todavía no han desarrollado ningún tumor. "Inyectamos muy pocas células por lo que lleva tiempo que desarrollen algo que podamos ver", añadió.

Sin embargo, la aparente resistencia de 'Cedric' a la enfermedad es visto por los científicos como un significativo paso adelante en la investigación sobre este cáncer que está acabando con los demonios de Tasmania, sobre todo los de la zona del este de la isla. 'Cedric' pertenece a una población genéticamente distinta en el otro lado de la isla.

Los científicos esperan que los marsupiales que comparten un mismo diseño genético podrían ser inmunes al cáncer o capaces de responder positivamente a la vacuna. Si no se hacen progresos pronto con respecto a esta enfermedad, los expertos temen que el demonio de Tasmania podría extinguirse en 20 años.