Actualizado 20/06/2007 21:19

Cientos de familias sevillanas acogen a menores saharauis durante dos meses con el programa 'Vacaciones en Paz'

SEVILLA, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

Cientos de familias sevillanas acudieron hoy a recibir a otros tantos niños procedentes de los campamentos saharauis, llegados al antiguo Centro Psiquiátrico Miraflores situado en la ciudad hispalense, para iniciar el programa 'Vacaciones en Paz 2007', nacido con la finalidad de que los pequeños conozcan "otro mundo", sensibilizar a la sociedad con la causa saharaui y recibir atención médica.

En declaraciones a Europa Press Tv, el coordinador sevillano del proyecto, Rafael Ruda, indicó que hace unos 15 años que esta iniciativa se lleva a cabo, al tiempo que destacó los "vínculos y lazos familiares tan fuertes" que se establecen entre los pequeños y los padres que los acogen.

En ese sentido, hizo hincapié en que, además, con el proyecto los niños evitarán las altas temperaturas del Sahara, que llegan a alcanzar los 55 grados centígrados, aprenderán nociones de español y, "lo más importante, se les realizará una revisión médica para que sean tratados de sus afecciones, si es que las tienen".

Asimismo, Ruda concretó que actividades lúdicas como la piscina o la playa son algunas de las que más divierten a los menores, poco acostumbrados a ellas en su lugar de origen. "La mayoría de las familias --explicó-- continúan acogiendo a los hermanos de los niños que ya no pueden venir e incluso algunas tienen cinco o seis pequeños".

Por su parte, las familias, en gran número pertenecientes a diferentes municipios hispalenses, esperaban ansiosas encontrarse con los niños, muchos de ellos repetidores en la iniciativa, que traslada hasta España a pequeños con edades comprendidas entre los ocho y los 13 años de edad. A este respecto, las familias españolas tienen también la posibilidad de trasladarse posteriormente hasta los campamentos durante algunos días para conocer la realidad en la que viven sus acogidos.

Una de las mujeres que recibe este año a un niño saharaui dijo, embargada por la emoción, encontrarse "muy feliz y contenta" por el encuentro, a pesar de que casi no podía articular palabra mientras abrazaba al pequeño. Del mismo modo, otra de las participantes recalcó que los niños "nos traen más de lo que nosotros podemos darles".