BOGOTÁ 8 May. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Colombia confirmó este jueves la destrucción de todas las bombas de racimo que habían en ese país. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y representantes de la Fuerza Aérea Colombia (FAC) asistieron a un acto celebrado en Marandúa, departamento de Vichada, donde se desactivaron los dos últimos explosivos.
De esta manera, Colombia se convierte en el primer país de América Latina que cumple con esta disposición del Tratado de Oslo que prohíbe la utilización, fabricación y almacenamiento de este tipo de explosivos que en ese país eran empleados, principalmente, para destruir pistas clandestinas de los narcotraficantes y atacar campamentos de la guerrilla, informó Defensa.
Santos afirmó que con estas medidas Colombia reitera "el compromiso de las Fuerzas Militares de respetar los Derechos Humanos", y espera que "los grupos ilegales dejen de utilizar este tipo de armas que hacen tanto daño a la población civil".
En apenas cinco meses, la FAC logró recolectar las 41 bombas de racimo CB-250 K que estaban en poder de las diferentes unidades del Ejército y destruirlas en la base de Marandúa. Este proceso comenzó inmediatamente después de que Bogotá firmara el acuerdo internacional.
Defensa informó en un comunicado de que éstos explosivos serán ahora reemplazados por unas bombas que fabrica la empresa Indumil para los aviones de la FAC, que tienen mayor precisiones y pesan entre 125 y 500 libras (56,6 y 226,7 libras).