Actualizado 15/03/2007 15:29

Echeverría.- La Sociedad de Cuidados Paliativos dice que "no es eutanasia sino limitación del esfuerzo terapeútico"

"En ética clínica hay que saber que la persona tiene derecho a limitar los tratamientos si no los quiere", dice su presidente

MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Sociedad de Cuidados Paliativos, Xavier Gómez Batiste, aseguró hoy que la desconexión del respirador artificial de Inmaculada Echeverría en la noche de ayer no es "ni técnica, ni médica, ni jurídicamente eutanasia" sino que es "limitación del esfuerzo terapéutico".

El especialista fundamentó a Europa Press su postura con la comparación de una persona que está sometida a un tratamiento que le prolonga la vida y decide dejar de hacerlo, y ejemplificó: "Si a alguien le diagnostican un cáncer y decide no operarse aunque se muera, no es eutanasia". O, en la misma línea, "si alguien con tratamiento renal quiere que dejen de hacerle diálisis, se respeta el deseo del paciente a que no le hagan lo que no le gusta o no quiere".

Por eso Batista desecha que el caso de la mujer de 51 años que padecía distrofia muscular progresiva se identifique con la acción de provocar la muerte a un enfermo incurable para evitarle mayores sufrimientos.

El de Inmaculada Echevarría, a su juicio, es un acontecimiento "de gran impacto" que merece "el mayor de los respetos", tanto "ella como el equipo médico". Y la repercusión social que genera, continúo Gómez Batista, es porque la distancia entre "la causa y el efecto es inmediata".

En la línea del ejemplo al que recurrió, el especialista dijo que "si el cáncer no se opera el paciente no muere a los dos minutos, con la desconexión del respirador sí".

"PLENAMENTE CONSCIENTE".

Gómez Batiste precisó que "era una paciente a cargo de un equipo de cuidados paliativos competentes, que estaba muy bien atendida", por lo que supone que su decisión era "plenamente consciente" y meditada.

A su juicio, el proceso se prolongó porque es necesaria la intervención del Estado al ser "un tema que tiene impactos sociales" en el que convergen "posiciones encontradas de carácter moral". En este sentido, "es lógico que la señora y su equipo médico hayan querido seguridad jurídica".

La dicotomía que surge en estas circunstancias es la de la opción entre vida o calidad de vida, que Gómez Batista considera "falsa" y define como un "dilema binario" que "los científicos no aceptamos". "En ética clínica lo que hay que saber es que la persona tiene derecho a limitar los tratamientos si no los quiere", precisó, porque "la calidad de vida es una percepción individual, no un término social".