España presenta una de las tasas de divorcio más bajas de la Unión Europea, según un informe del CIS

El estudio concluye que el país está "muy por encima de la media europea" en la aceptación de los matrimonios entre homosexuales

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 7 agosto 2007 20:06

MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

España presenta "una de las tasas de divorcio más baja de la Unión Europea" junto con Italia, Irlanda y Grecia, según el estudio monográfico 'La deriva del cambio familiar. Hacia formas de convivencia más abiertas y democráticas' hecho público hoy por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En el lado opuesto están Bélgica, Dinamarca, Suecia y Reino Unido, donde, además, los matrimonios duran menos.

El estudio, elaborado por MªÁngeles Cea D'Ancona, se basa en los datos de Eurostat 2002, en los que España figura como el tercer país europeo "con menos tasa tasa bruta de divorcialidad" con un sólo divorcio por cada mil habitantes. En relación al número de matrimonios, en España en 1995 se daban 15 por cada 100 enlaces.

Cifras parecidas registran Irlanda e Italia que, según la autora, "comparten" con España "el estar bajo el predominio de la Iglesia Católica, lo que afectó al retraso de la aprobación del divorcio y a que sus legislaciones respectivas tuviesen un carácter más restrictivo". No ocurre así en los países nórdicos. Suecia tiene el récord europeo, con una tasa de 55 divorcios por cada 100 bodas.

En cuanto a la duración de las uniones antes del divorcio, Italia "despunta" con una media de 19,1 años, seguida de España, donde antes de divorciarse, los cónyuges pasan casados una media de 16,1 años. El estudio explica que en los últimos años "la tendencia general ha sido a acortar la duración media de los matrimonios, principalmente en los países de mayor arraigo del divorcio".

En el caso español se da además la circunstancia, siempre según el informe, de que la ruptura legal del matrimonio ha pasado de ser una práctica casi exclusiva "de los niveles más elevados (de la sociedad) e ideológicamente a la izquierda" a no entender de estatus porque se ha extendido "a los distintos estratos sociales" y "se destaca" ahora como "causa y consecuencia" de los principales cambios en el concepto de familia.

Asimismo, la autora afirma que, pese a presentar una tasa baja en comparación con los vecinos europeos, la evolución del número de divorcios es "ascendente", porque "confluye con la mayor formación educativa y autonomía económica de la mujer, además de otros factores" como la "secularización" de la sociedad o el "individualismo".

En este sentido, el estudio expone que "si el matrimonio fracasa y no cubre las expectativas en él puestas, la mujer ya no necesita 'aguantar'" porque "su independencia económica le permite dar el paso que probablemente antes no se atrevía a dar por no tener medios propios de subsistencia".

De hecho, prosigue el trabajo, "es la mujer quien suele tomar la iniciativa en la disolución del matrimonio", lo que se relaciona "con la circunstancia de que la primera causa de divorcio continúa siendo la 'infidelidad masculina', seguida de 'la falta de amor y cansancio'".

LA PERCEPCIÓN SOCIAL.

Cea D'Ancona ha analizado asimismo la consideración que ha ido adquiriendo el divorcio en sí entre la población, para concluir que "la sociedad española cada vez muestra mayor receptividad hacia el divorcio, aunque menos que hacia la cohabitación y la monoparentalidad, que gozan de mayor aprobación social".

En consonancia con esta "apertura a las formas alternativas de convivencia en familia" ha ascendido, siempre según el estudio, "la tolerancia y apreciación de la homosexualidad" entre la población española, "aunque aún persisten disimilaridades respecto a los heterosexuales", pues la opinión pública española prefiere, por ejemplo, "equiparar derechos entre 'parejas de hecho' y matrimonios" cuando se trata de heterosexuales.

Sin embargo, "España se sitúa entre los países más tolerantes" de la Unión Europea en este sentido y se posiciona "muy por encima de la media" tanto si se trata de matrimonios entre homosexuales como cuando se aborda la adopción en este tipo de parejas. En el polo contrario están los italianos, los griegos y los irlandeses.

"Aún persisten reticencias hacia los homosexuales que concuerdan con la vigencia de prejuicios y de estereotipos" contra ellos, expone la autora, para quien "precisamente es la tenencia de tales reparos lo que más determina el ser favorable a la concesión de los derechos de matrimonio y adopción a una pareja homosexual".

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