MADRID 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
El psicólogo Guillermo Ballenato recomienda a los padres educar a sus hijos mediante un diálogo "sereno" basado en la escucha, la sinceridad, la alabanza y la empatía; unas relaciones afectivas "adecuadas" que aporten seguridad y permitan el "necesario intercambio emocional, positivo y enriquecedor" y una autoridad "moral" centrada más en el ejemplo, el diálogo y el reconocimiento que el castigo y la crítica.
Así lo expone este licenciado en Psicología por la universidad Complutense de Madrid (UCM) y especializado en Psicología Educativa, Clínica, Industrial y Formación en su libro 'Educar sin gritar. Padres e hijos: ¿convivencia o supervivencia?', publicado por La Esfera de los Libros. Además, aconseja transmitir valores como el respecto, "requisito imprescindible para la convivencia y la sociabilidad".
Asimismo, explicó a Europa Press la importancia de la "coherencia" de los padres en su forma de educar, vivir, comportarse y hablar, con el fin de que el desarrollo de los hijos sea "más equilibrado" y les aporte confianza y seguridad. "La tarea de educar es un reto apasionante que aún está por descubrir para muchos padres, educadores y futuros padres", afirma Ballenato.
En esta línea, señala que los padres son un "modelo" para sus hijos y, por tanto, deben mostrar autocontrol, ejercitar la paciencia, aprender a contar hasta diez, pensar antes de hablar, escuchar sin interrumpir y evitar sermonear. Así, reconoce que los progenitores, a veces, se sienten "impotentes", desesperados, frustrados e insatisfechos" recurriendo, a veces, a los gritos "como desahogo".
No obstante, lamenta que educar a gritos sea también, en ocasiones, "síntoma" de un rasgo permanente del carácter y el estilo habitual de dirigirse a los hijos, puesto que se suelen sentir "derrotados" y "con sentimiento de culpa" después. "Las voces no parecen haber tenido efecto alguno. El volumen ha impedido que se escuche el mensaje", agrega este experto, señalando que el hijo, por su parte, se siente "humillado" y acaba por no escuchar el contenido.
LABOR "TITÁNICA" DE LOS CENTROS SIN APOYO DE PADRES.
En general, Ballenato cree que la familia y la escuela se enfrentan a un momento "crucial" en el que han de "retomar su papel protagonista", siendo preciso volver en el hogar a una "dedicación y autoridad razonables" y, en la escuela, que los profesores reciban "todo el apoyo posible". En concreto, entiende que el entorno familiar tiene una influencia "decisiva" y que, sin la educación en el hogar, la labor en los centros se vuelve "titánica, si no imposible".
En este sentido, alerta de que, a veces, los niños se comportan en casa de forma "muy diferente" a como lo hacen en el colegio, debido a la presión del grupo de amigos o la influencia de un ambiente familiar educativo "demasiado represivo, inadecuado o inestable". Por ello, aboga por un contacto "cercano y de confianza" entre padres y profesores, advirtiendo de la existencia actualmente de "muchas fuentes de influencia" en los menores (Internet, medios de comunicación, móviles).