MADRID 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
La organización Human Rights Watch (HRW) ha acusado este martes al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) de la ejecución sumaria de 44 personas y de la violación de 61 mujeres desde el pasado mes de marzo en la provincia de Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), y ha denunciado, a partir de testimonios locales, el apoyo militar y logístico de Ruanda a este grupo armado rebelde.
Asimismo, la población local ha denunciado la campaña de reclutamientos forzosos de hombres y niños lanzada recientemente por el M23 tanto en la RDC como en Ruanda. El pasado 14 de de julio se reanudaron los combates, tras una tregua de casi dos meses, entre este grupo rebelde y el Ejército congoleño en las cercanías de Goma, capital de Kivu Norte.
Las informaciones recogidas recientemente por Human Rights Watch, procedentes de más de cien entrevistas efectuadas desde el pasado mes de marzo con civiles residentes en la frontera con Ruanda e incluso con desertores del M23 que abandonaron sus filas entre marzo y julio, han permitido registrar la ejecución sumaria de al menos 44 personas.
Más concretamente, HRW ha documentado la muerte de quince miembros de la comunidad hutu en varias aldeas del territorio de Rutshuru entre los días 25 y 26 de abril y de otras seis personas ejecutadas a mediados de junio en un aparente intento del M23 --formado en buena parte por milicianos tutsis-- de 'castigar' a los aldeanos por su presunta colaboración con las milicias hutus que operan en la región.
El resto de ejecuciones registradas a través de los testimonios a HRW corresponden a reclutas que habían intentado desertar de las filas del M23 y a prisioneros de guerra capturados que habían intentado escapar.
Aparte, la organización ha documentado, entre marzo y julio, al menos 61 violaciones, pero ha advertido de que, a causa de los estigmas sociales que suelen acompañar a las mujeres violadas, "el número real de víctimas es, probablemente, mucho más elevado".
La mayor parte de las violaciones registradas fueron cometidas cerca de las posiciones del M23 y algunas de las víctimas incluso han podido confirmar que los agresores eran combatientes de este grupo rebelde a los que ya habían visto anteriormente.
Los combatientes del M23, según los testimonios, habían acusado a las víctimas de las violaciones --entre las que figuran niñas de doce años de edad-- de ser las "esposas" de los milicianos del grupo armado hutu Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FLDR). "Lo frecuente es que los violadores amenacen de muerte a sus víctimas para que no denuncien las violaciones ni intenten recibir cuidados médicos", ha asegurado la organización.
AYUDA DE RUANDA
Los testimonios recogidos por Human Rights Watch entre los habitantes de la región y los desertores del M23 indican que los rebeldes han recibido la ayuda de la vecina Ruanda, en consonancia con el informe presentado esta pasada primavera por un grupo de expertos de Naciones Unidas.
Entre las modalidades de apoyo figuran el traslado regular de hombres uniformados desde Ruanda a la RDC y el suministro de municiones, víveres y otros bienes procedentes del país vecino. Aparte, el M23 ha llevado a cabo labores de reclutamiento en Ruanda y los oficiales del Ejército de este país han formado a los nuevos reclutas y se han comunicado y reunido en numerosas ocasiones con los comandantes del M23.
"Ruanda no solamente permite al M23 la obtención de reclutas y equipos en su territorio, sino que los militares ruandeses siguen aportando apoyo directo a este grupo", ha denunciado el director para África de Human Rights Watch, Daniel Bekele. "Este apoyo refuerza a un grupo armado responsable de numerosos homicidios, violaciones y otros crímenes graves", ha añadido.
El informe de HRW denuncia también los abusos cometidos por los milicianos hutus de la FDLR en las zonas bajo su control y ha asegurado que algunos mandos del Ejército han colaborado con ciertas facciones de este grupo armado, algunos de cuyos miembros participaron en el genocidio cometido en Ruanda en 1994.