Actualizado 15/12/2008 10:51

Un informe de HRW afirma que la seguridad de Irak es aún deficiente

Reuters

BAGDAD, 15 Dic. (Reuters/EP) -

Irak no ha logrado dar un proceso adecuado a todos los supuestos criminales y los abusos contra los prisioneros parecen ser comunes antes de la transferencia de miles de detenidos desde campos de detención estadounidenses al control iraquí, según denunció el grupo de derechos humanos (DDHH) Human Rights Watch (HRW).

HRW asegura que muchos de los prisioneros han tenido que esperar meses, y en algunos casos años, antes de que fueran llevados ante un juez. Además, algunos recibieron consejos legales ineficientes y los jueces frecuentemente dependen de testimonios de informantes secretos o de confesiones que posiblemente han sido conseguidas mediante tortura o coacción, según el informe del grupo con sede en Nueva York.

Por este motivo, HRW se queja de que la administración imparcial de justicia para todos los iraquíes debía ser el sello distintivo que marcara la diferencia con los abusos de la era de Saddam Hussein y ayudara a sanar las divisiones sectarias después de años de violencia, circunstancias que no se han producido. "Lamentablemente, algunas de las deficiencias en los procedimientos de la corte muestran una alarmante continuidad con ese período", lamenta el reporte.

El documento trata sobre la Corte Criminal Central de Irak, la principal institución de justicia establecida por la Autoridad Provisional de Coalición, que es dirigida por Estados Unidos, después de la invasión de 2003 y el derrocamiento del gobierno encabezado por Saddam Hussein.

Este año, HRW ha supervisado varios procesos judiciales en la corte, incluidos los que involucran a sospechosos detenidos por autoridades iraquíes y algunos detenidos por las fuerzas de Estados Unidos. Muchos de ellos se enfrentaban a cargos por terrorismo o asesinato, que se remontan al clímax de la insurgencia y violencia sectaria entre la mayoría chiíta y la minoría sunita desatada, poco después de la invasión.

Los investigadores de DDHH descubrieron que muchos detenidos alegaron haber sido torturados u obligados a confesar mientras estuvieron detenidos por largos períodos por la policía iraquí o los soldados.

Aparentemente, los jueces se sensibilizaban con las acusaciones de abuso y tortura y frecuentemente descartaban los casos como resultado, pero el alto número de acusaciones significa que los graves errores judiciales posiblemente son algo frecuente, explica HRW.

Por otra parte, el informe desvela que la mayoría de los acusados conocía a su representante legal por primera vez durante las audiencias y, como resultado de ello, obtenían una mala defensa, mientras que la fuerte dependencia de testimonios secretos hace difícil que los acusados rechacen los cargos.

Otro fallo del sistema que denuncia HRW es la negativa del Ejército de Estados Unidos a cumplir las ordenes emitidas por las cortes iraquíes. "La negativa en especial de oficiales del Ejército de Estados Unidos de honrar las cientos de decisiones de la corte para que liberen a detenidos bajo su custodia ha socavado aún más el respecto al sistema judicial iraquí", sostiene el comunicado de HRW.