Actualizado 06/07/2007 20:29

Israel.- Un dirigente palestino afirma que las donaciones "han evitado una catásfrofe humanitaria"

El principal responsable de investigación medioambiental palestino acusa a Israel de impedir el "desarrollo sostenible" de su pueblo


MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

El director general del Instituto de Investigaciones Aplicadas de Jerusalén, Jad Isaac, declaró hoy que la Autoridad Palestina se está haciendo "cada vez más dependiente de las donaciones internacionales", pero reconoció que estas ayudas son "lo único que ha impedido una catástrofe humanitaria", dado que el control que ejerce Israel sobre los recursos humanos, fiscales y económicos palestinos impide el "desarrollo sostenible" de su pueblo.

"Las ayudas internacionales nos están convirtiendo en un país cada vez más dependiente de las donaciones", declaró Isaac en Madrid en una conferencia organizada por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). El Instituto que dirige Jad Isaac es la institución palestina que realiza investigaciones en materia de agricultura, medio ambiente y uso y aprovechamiento de la tierra y el agua.

Según el responsable palestino, de los 934 dólares de Producto Interior Bruto (PIB) per cápita que tienen los palestinos, 469 proceden de los donantes internacionales. Aparte, el sector público genera hasta 200.000 puestos de trabajo, "que precisan de un apoyo presupuestario de 200 millones de dólares mensuales sólo para afrontar los salarios". Estos fondos, afirmó, proceden de las ayudas internacionales.

"Lo único que ha impedido una catástrofe humanitaria ha sido el apoyo de los donantes", aseveró. En este sentido, recordó que las inversiones en la Autoridad Palestina han caído un 90 por ciento desde el inicio de la Intifada y que Israel ejerce un control sobre los recursos y las fronteras palestinas que impide un "desarrollo sostenible" de su economía.

En concreto, destacó que Israel controla las fronteras de los territorios ocupados, ejerce un derecho de veto sobre las importaciones, regula los movimientos de los trabajadores palestinos y retiene los impuestos correspondientes a la Autoridad. "Sólo si nos portamos bien nos dan una pequeña porción de lo que pagamos", denunció el dirigente palestino.

POBLACIÓN Y RECURSOS

Buena parte de los problemas económicos de los palestinos, según Isaac --que entre 1992 y 1996 lideró el grupo palestino de trabajo sobre medio ambiente en las negociaciones multilaterales de paz y ejerce en la actualidad como consejero medioambiental de las aurtoridades palestinas--, están relacionados con el medio ambiente.

Para argumentar sus advertencias, Jad Isaac recordó que en la actualidad (según datos de 2006) Cisjordania tiene 2,4 millones de habitantes para 5.885 kilómetros y la Franja de Gaza cuenta con nada menos que 1,4 millones de habitantes para únicamente 362 kilómetros cuadrados. De estos más de 3,8 millones palestinos, 1,7 millones son refugiados. "El 60 por ciento de la población de la Franja de Gaza son refugiados", explicó.

Para 2025, la población estimada en la Franja de Gaza será de 2,5 millones en Gaza, con un crecimiento del 3,8 por ciento anual. En Cisjordania se estima en cuatro millones para 2020, a un ritmo de tres por ciento, el mismo que tienen los palestinos residentes en Israel. La tasa de crecimiento en Israel es del 1,8 por ciento anual.

Ello implica "un gran porcentaje de niños, de población no productiva que supone mucha presión sobre el sistema educativo y de salud, sobre los servicios sociales", explicó. Aparte, Cisjordania presenta una tasa de desempleo del 18,6 por ciento y la Franja de Gaza del 34,8, especialmente agravada "con los acontecimientos del año pasado".

Por si fuera poco, prosiguió, en las llamadas zonas A y B de Cisjordania, donde la Autoridad Palestina retiene algún control sobre el territorio (frente a la C, completamente en poder de los colonos), sólo el 40 por ciento de la población es palestina y el 60 por ciento restante pertenece a "la ocupación israelí".

AGRICULTURA Y AGUA

En estas circunstancias, la agricultura --que genera un 12 por ciento del PIB palestino--, debido a los cerramientos y a las prohibiciones de trabajar en Israel, ha supuesto una "válvula de seguridad para las personas que perdieron su modo de vida, una buena noticia, sobre todo para las mujeres".

El problema para desarrollar esta actividad, advirtió, es la existencia en Cisjordania "de 500.000 colonos que viven en asentamientos ilegales" y de "más de 90.000 palestinos que viven en áreas aisladas", tanto en la "Zona de Segregación del Oeste", donde se ha edificado el muro de separación, como en la "Zona de Segregación del Este", en el Valle del Jordán.

"El 82 por ciento de los palestinos que viven en estas zonas lo hacen en reservas, no pueden ir a ninguna parte", denunció. Por ejemplo, prosiguió, los 32.000 palestinos que residen en la "Zona de Segregación del Este" deben "demostrar que son residentes permanentes o portar documentación que demuestre que son propietarios de tierras en la zona".

La Autoridad Palestina es un "caso casi único en el mundo", con "dos Estados" en un mismo territorio. "Es la primera vez en la historia que se hace algo así", declaró. Ejemplo de ello es que en Cisjordania hay hasta "576 barreras", entre 68 puestos de control, 48 torres de observación, 64 barreras de entrada en carreteras o 44 barricadas, entre otras instalaciones militares de vigilancia. "Se pierden entre cinco y seis horas en cada puesto de control", denunció.

Asimismo, en Cisjordania hay "800 kilómetros de carreteras prohibidas que sólo pueden utilizar israelíes y extranjeros" y que "sirven para unir asentamientos". Aparte, debido al control militar que ejerce el Ejército israelí desde la frontera, la Franja de Gaza se ha convertido en "la mayor prisión sobre la tierra", añadió.

Ejemplo de esa coexistencia de dos "proyectos estatales" sobre un mismo territorio, explicó, es el uso del agua, un bien particularmente disputado en la región. En los territorios los acuíferos están compartidos por israelíes y palestinos, pero "más del 85 por ciento de los recursos de agua están controlados por Israel, eso es lo que Israel entiende por compartir", declaró.

En la Franja de Gaza, el 90 por ciento del agua no es válida para el consumo humano. Aparte, a los palestinos "se les niega el agua del Jordán" y en Cisjordania "muchos colonos han destruido las principales tuberías palestinas, por lo que se pierde el 40 por ciento del agua". En este río bíblico, aseguró, la sobreexplotación por parte de Israel ha reducido notablemente su caudal, razón por la cual "el Mar Muerto se está muriendo".

En estas circunstancias, los palestinos, que "necesitan 15 millones de centímetros cúbicos de inmediato", no tienen más remedio que comprar el agua y la luz eléctrica de origen hidráulico a Israel.

No obstante, en ocasiones Israel incluso se niega a suministrarla por falta de pago. "Israel retiene los fondos procedentes de nuestros impuestos, pero no los debe considerar dinero, porque nos cobra el agua y la electricidad aparte". A causa de ello, aseguró, el kilowatio por hora para los palestinos cuesta 18 centavos de dólar, frente a los 6,2 que pagan los israelíes o los 4,8 que se cobran a los ciudadanos estadounidenses.