Actualizado 17/09/2007 11:47

Mohamed Abdelshakhour, sudanés: "Escapé a Europa con mi mujer porque la habían amenazado con violarla y lapidarla"

El ciudadano sudanés Mohamed Abdelshakhour es un testigo directo del horror de Darfur. Consiguió huir del país y llegar a Europa con su mujer tras escapar de la cárcel para denunciar las atrocidades que las milicias yantawid, armadas por el gobierno sudanés, y las fuerzas armadas del país, cometen cada día. Los grupos armados de oposición también son responsables de violaciones de los derechos humanos. Según Naciones Unidas, 4,2 millones de personas en Darfur dependen de la ayuda humanitaria y de ellas 2,2 millones malviven en campos de refugiados.

Miembros de Amnistía Internacional en todo el mundo, incluidos integrantes de los casi 100 grupos de activistas de la organización en España, recuerdan este domingo, en el 4º Día Global por Darfur, que es necesario acelerar el despliegue de la UNAMID, la nueva fuerza híbrida integrada por la Unión Africana y Naciones Unidas, con el objetivo de proteger a la población civil y poner fin a las violaciones de derechos humanos que se suceden en Darfur.

- ¿Cuándo llegó a España? ¿Por qué decidió venir a Europa?

Llegué a España en abril del 2007 para denunciar la situación de mi país. Mi misión en Europa es enseñar al mundo lo que está pasando en Darfur. Con esta denuncia buscamos democracia, libertad y ayuda. Contacté con Amnistía Internacional para que me ayudasen a contactar con los medios. Ahora estoy a la espera de que me den asilo político porque si vuelvo me matan. Decidí venir a Europa con unas cintas en las que había grabado las atrocidades cometidas por las milicias de Sudán y que la población civil estaba sufriendo. En el campo de desplazados donde me encontraba hacía de traductor de unos periodistas que tuvieron que huir del país cuando la situación empeoró. Les pedí que me dejasen una cámara como arma de evidencia para grabar las injusticias. Tras varios meses decidí viajar a Europa pero la policía me quitó la cámara en el aeropuerto, me arrestaron, me pegaron y me metieron en la cárcel. No querían que el mundo viese las imágenes. Conseguí guardarme algunas de las cintas con las grabaciones.

- ¿Arriesgaba su vida cuando iba con la cámara grabando el día a día?

La cámara la tenía que llevar escondida a no ser que te comprometieses con alguien a entrevistarle o filmarle y te diesen permiso. Podía grabar porque era mi zona, me la conocía muy bien y sabía cuando podía arriesgar y cuando no, sabía como "jugar". Nunca sabes cuando te llegará el peligro, en esas situaciones sólo Dios puede ayudarte. A veces los guerrilleros janjawid no sabían lo que era una cámara, no habían visto una en su vida; son como animales, lo único que saben hacer es matar, sólo piensan en eso. Los militares sin embargo sí sabían lo que era, cuando ellos atacaban tenías que tener muchísimo cuidado. El día que me arrestaron en el aeropuerto, la cámara fue destrozada.

- ¿Qué trato le dieron en prisión? ¿Cómo fueron aquellos días?

En la cárcel solo pensaba cómo escapar. El trato era horrible, me dieron una paliza, no me daban comida. Lo único que me proporcionaban era un vaso de agua diario. Tras siete días mis amigos reunieron suficiente dinero con el que pagué a uno de los guardianes. Al aceptar el dinero él también tuvo que escapar conmigo ya que no fueron las autoridades las que me liberaron. El guardián me dejaba hacer llamadas desde la cárcel, él también era del sur de Sudán. Era negro como yo y me ayudó. Después de esto tuve que escapar a Europa de noche con mi mujer porque la habían amenazado con violarla y lapidarla.

- ¿Cómo era su vida antes? ¿Cuándo supo que esa vida se acababa?

Mi vida era perfecta. Trabajaba en un colegio como profesor, estaba con mi gente, tenía lo suficiente para ser feliz. Nunca pensaba en venir a Europa, en salir de mi tierra, estaba bien.

El día que atacaron mi poblado por primera vez pensé que todo se había acabado. Tuvimos que huir a la montaña y ver desde ahí como quemaban todo lo que habíamos construido. Permanecimos en la montaña durante varios días y muchos murieron por picaduras de escorpión o de serpiente. Cuando volvimos ya no había nada, todo lo habían quemado, intentamos enterrar los cadáveres que pudimos sacando fuerzas de donde no las había. Las hienas venían de noche a comerse lo que quedaba. Casi toda mi familia había sido asesinada, mi padre no pudo huir porque tenía un problema en las piernas y lo asesinaron. Los ciegos y los sordos se habían quedado en el interior de las casas y se habían quemado.

- ¿Qué siente cuando se levanta aquí en España y se acuerda de las injusticias de Darfur? ¿Qué le da fuerzas para seguir?

Veo miles de diferencias que sólo me dan fuerzas para seguir adelante. Hago un balance y veo la libertad, la democracia de la que gozan los españoles. Sin embargo veo que los africanos aquí viven mal, huyen de una situación muy mala a una no mucho mejor. Aquí mi gente cuenta con una gran seguridad pero no vive bien. Siento que los africanos tenemos que arreglar las cosas nosotros mismos para que algún día no tengamos que abandonar nuestra tierra, nuestras costumbres. Ver las diferencias incrementa mi amor al prójimo, hacia mi gente.

- ¿Piensa que la violación de los derechos humanos se extiende por África?

Por supuesto; la cosa crece cada vez más por el centro de África. El movimiento árabe en África es muy peligroso para los negros, continuamente somos perseguidos. El Presidente del Gobierno sudanés es árabe y promueve eliminar la raza negra africana. Su objetivo es conquistar el centro de África. Las autoridades dejan notas por la calle, en el suelo, en las paredes, que dan mensajes para que se mate a la gente de pueblo , a los negros explicando que somos malos , lo justifican con temas religiosos diciendo que todos los bienes de los pueblos son para Dios. Darfur cuenta con una gran riqueza mineral y con muchas posibilidades agrarias. Están consiguiendo conquistar la tierra a base de asesinatos, violaciones, saqueos y torturas a la población civil.

- ¿Cree que el Gobierno sudanés está ayudando a que la situación mejore?

El Gobierno sudanés no es un gobierno , es un grupo de mafiosos asesinos que lo único que quiere es conquistar tierra y riquezas. Los gobiernos respetan a la gente, respetan los derechos humanos, se preocupan por la felicidad y el bienestar de los ciudadanos; nuestro Gobierno hace todo lo contrario. El responsable del Ministerio Humanitario de Sudán está acusado de genocidio por el Tribunal Penal Internacional y su nombre ha sido publicado. Si este ministerio que se supone que defiende a las personas y en lugar de eso comete genocidios, no es difícil imaginar la situación en la que se haya la población civil. El Gobierno es un grupo de terror.

- ¿Hay niños con armas?

Los propios militares llevan a sus hijos a los saqueos de los poblados para meterles en la cabeza que matar a la gente no es malo. Les obligan a quemar las casas haciéndoles ver que eso es lo correcto. "Educan" sus mentes para que en un futuro ellos sigan sus pasos.

- ¿Qué le gustaría sentir en un futuro?

Lo primero de todo libertad, andar sin miedo. Independencia en Darfur, devolver a mi gente la felicidad que por culpa de unos cuantos les fue arrebatada. Yo quiero mi vida de antes, no busco riqueza ni fama, sólo libertad y justicia. Puede parecer una utopía pero confío que algún día antes o depues lo tendremos.

- ¿De todas las atrocidades que has visto, qué es lo que más le ha impactado?

La muerte de mi padre fue lo que más me ha marcado, tenía un grave problema en las piernas, no pudo escapar y le dispararon. En el poblado había un chico con retraso mental, sus padres le ataron a un árbol porque daba muchos problemas y lo alimentaban y lo cuidaban; el día del ataque nadie pudo desatarle, le dispararon y lo quemaron. Quemaban todos los cadáveres para que no quedase ni rastro de la etnia africana.