Actualizado 31/03/2008 14:12

Las ONG condenan la decisión del Consejo de Derechos Humanos de retirar a su enviado especial para la RDC


GINEBRA, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales han criticado con dureza la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de retirar el mandato a su enviado especial para la República Democrática del Congo (RDC), según informó Radio Okapi, la emisora de radio de la misión de Naciones Unidas (MONUC).

La primera reacción a la medida, adoptada a mediados de marzo en el marco del séptimo periodo de sesiones de este organismo, ha sido la de Human Right Watch (HRW), que en un comunicado ha acusado al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas de "traicionar" sus responsabilidades hacia el pueblo congoleño.

Según esta organización, el Consejo de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha dado prioridad a la política en perjuicio de las personas y ha reducido el perfil de su misión en el país africano "a pesar de los homicidios y de las violaciones recientemente cometidos en la RDC".

En un sentido similar, la Red Nacional de Organizaciones no Gubernamentales de Derechos Humanos en Congo (RENADOC) ha advertido de que esta "inadmisible" decisión va a tener consecuencias graves en la lucha por los Derechos Humanos en el país.

"En otras palabras, la RDC dejará de estar bajo supervisión de Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos", declaró su encargado de programas, Fernández Morola. La medida "creará problemas con todo lo que queda por conocer, como las matanzas de Bajo Congo y la tragedia humanitaria de los Kivus", prosiguió. "Seguiremos luchando para que el Consejo dé marcha atrás en su decisión durante su próxima sesión. Esto es inadmisible", concluyó.

HRW ha recordado que a pesar de las elecciones celebradas a finales de 2006 en la RDC se siguen cometiendo "graves violaciones de Derechos Humanos". Sólo en 2007, aseguró, cientos de civiles fueron asesinados y miles de mujeres y niñas fueron violadas por grupos armados rebeldes y por soldados del Ejército regular. Asimismo, se estima que 30.000 niños siguen enrolados a la fuerza en las milicias armadas.

En los Kivus (este), la firma de un alto el fuego en Goma el pasado 23 de enero no ha servido para poner fin al conflicto y al homicidio de civiles, en un país que arrastra el recuerdo de las más de cinco millones de personas que murieron a causa de la guerra que comenzó en 1998.

En la provincia de Bajo Congo (oeste), las fuerzas de seguridad han sido acusadas de un uso excesivo de la fuerza para combatir al grupo religioso político Bundu Dia Kongo (BDK). Según cifras de la propia ONU, al menos 68 personas han muerto y miles de personas han huido de sus hogares.