Actualizado 26/12/2007 19:56

Tres años después del tsunami en Sri Lanka todavía hay supervivientes que viven en campos de refugiados

Las ONG locales denuncian la falta de infraestructuras en los nuevos asentamientos y mala construcción por las prisas


MADRID, 26 Dic. (EUROPA PRESS) -

Tres años después del tsunami que arrasó buena parte del sureste asiático, incluido Sri Lanka, este país puede calificar de "exitoso" su proceso de reconstrucción, si bien todavía hay muchos supervivientes que siguen viviendo en campos de refugiados ya que no han podido adquirir una nueva vivienda.

Según el ministro de Información, Anura Priyadharshana Yapa, "en contraste con otros países devastados por el tsunami, el Gobierno de Sri Lanka ha realizado un trabajo tremendo en su proceso de ayuda, rehabilitación y reubicación con un éxito del 80 por ciento".

Sin embargo, las organizaciones pro Derechos Humanos denuncian que algunas de las viviendas y embarcaciones se han construido con prisas y ya están presentando problemas y algunos de los lugares donde se ha reubicado a los supervivientes carecen de las carreteras e infraestructuras sanitarias y eléctricas necesarias.

Ahora que la ayuda de los donantes para los proyectos postsunami toca su fin, el principal reto será encontrar más fondos para las casas e infraestructuras que aún no se han llevado a cabo. Según Transparencia Internacional Sri Lanka, los donantes han hecho llegar al Gobierno ceilandés 1.130 millones de dólares --los compromisos fueron de 2.230 millones--, de los cuales 633,8 millones han sido destinados a unos 70 proyectos en los trece distritos afectados por el tsunami.

Se calcula, según informa la agencia noticias de la ONU IRIN, que actualmente hay unas 8.865 familias, en su mayoría dedicadas a la pesca, que debido a la falta de tierras en Colombo y la zona cercana al mar en el distrito de Ampara, en el este, que no han tenido acceso a una vivienda permanente y siguen confinadas en cabañas y casas prefabricadas.

"Algunos se niegan a irse, mientras que otros no han conseguido parcelas asequibles de tierra, especialmente en Colombo", explicó Yapa. El Gobierno ofreció a los supervivientes en Colombo y Ampara unos 2.500 dólares para que compraran sus propias tierras donde quisieran, pero esta cantidad no es suficiente para hacer frente a los crecientes precios tanto en la capital como en Ampara.

Hasta diciembre de este año, según la Agencia de Desarrollo y Reconstrucción (RADA) gubernamental, se han entregado 99.552 casas de las 117.372 que se requerían en los trece distritos afectados, es decir, el 85%. Por ello, en opinión de David Evans, de UN-HABITAT, la reconstrucción de viviendas tras el tsunami en Sri Lanka es "una historia de éxito".

Según Evans, gran parte de la reconstrucción en el sur y el este de la isla se llevó a cabo sin problemas, si bien hubo algunas acusaciones de corrupción y las listas poco precisas de los beneficiarios obstaculizaron la tarea.

Sin embargo, en el norte, donde las hostilidades entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) se han incrementado desde diciembre de 2005, la reconstrucción ha sido lenta. Según RADA, sólo el 39% del programa de viviendas ha sido completado en esta parte de la isla hasta octubre de 2007.

FALTA DE INFRAESTRUCTURAS

Sin embargo, las viviendas no son todo. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de mayo de este año, tras analizar 117 nuevos asentamientos, se descubrió que unas 1.250 casas construidas por los donantes estaban vacías por falta de seguridad, infraestructuras o las pocas posibilidades de ingresos.

Según Evans, "la mayoría de los nuevos asentamientos requieren grandes infraestructuras, agua, electricidad, drenaje y carreteras de acceso antes de que puedan considerarse completos y habitas sostenibles a largo plazo".

Entretanto, Herman Kumara, de la ONG local Movimiento de Solidaridad con los Pescadores Nacionales, indicó que en un estudio realizado por esta organización se detectó que "las paredes de las nuevas casas se están resquebrajando y hay agujeros entre los tejados y los muros". Asimismo, las embarcaciones que se han entregado a las víctimas no están preparadas para faenar por su mala fabricación.