Actualizado 15/12/2008 11:19

La UA pide al presdiente y al primer ministro somalíes que superen sus diferencias y luchen juntos por la paz

Reuters

NAIROBI, 15 Dic. (Reuters/EP) -

La Unión Africana (UA) ha pedido al presidente somalí, Abdulahi Yusuf, y al primer ministro destituido, Hassan Husein Nur Adde, que superen sus diferencias y trabajen juntos por la paz en este país asolado por las guerras y el hambre desde hace más de 20 años.

Yusuf explicó ayer que la destitución de Nur Adde se debe a que le considera incapaz de controlar la situación de violencia, y anunció que nombrará un nuevo jefe del Ejecutivo en un plazo máximo de tres días.

La relación entre Yusuf y Nur Adde, quien sólo ha permanecido en el cargo durante un año, ha sido especialmente conflictiva desde que el presidente rechazara a algunos miembros del gabinete dirigido por el primer ministro somalí.

Del mismo modo, sus opiniones también se han enfrentado a la hora de discutir la dirección de los acuerdos de paz negociados en Yibuti, donde una oposición moderada firmó un documento por el que se les permitía incorporarse al Gobierno.

Apenas un día después de la destitución de Nur Adde, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, consideró que la destitución del primer ministro podría minar los esfuerzos para alcanzar la paz en Somalia y hacer aún más débil al Gobierno interino.

"El presidente... les urge a que superen las divisiones que están consumiendo su energía con el objetivo de abordar los desalentadores retos a los que se enfrenta el país", señaló Ping en un comunicado.

La UA tiene actualmente 3.200 soldados de la fuerza de paz en lugares clave de Mogadiscio, pero Etiopía, que tiene previsto retirarse de Somalia antes de final de año, aseguró la semana pasada que las tropas de la UA también se replegarían, lo que dejaría la capital somalí en manos de la insurgencia.

Según organizaciones humanitarias somalíes, el conflicto ha provocado más de 16.200 civiles muertos desde principios de 2007, cuando las fuerzas etíopes y locales expulsaron a los islamistas de la Unión de Tribunales Islámicos de Mogadiscio.

Aproximadamente un millones de personas han tenido que huir de sus hogares y unos 3,2 millones --más de un tercio de la población-- necesitan ayuda de emergencia. El caos también ha aumentado los secuestros en las zonas petroleras y la expansión de la piratería