Actualizado 15/06/2007 16:22

Vecinos de la mujer asesinada en Aranjuez (Madrid) aseguran que el marido se mostró arrepentido tras quitarle la vida

MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un vecino de Ana Belén Lucas Carbonell, la mujer fallecida en la madrugada de ayer en el municipio madrileño de Aranjuez, presuntamente a manos de su marido, Francisco Javier, aseguró que este se mostró "arrepentido" tras lo sucedido y que fue él mismo quien llamó a la Policía para confesar que había matado a su pareja.

Según explicó Rodrigo Martins, un joven brasileño que vive puerta con puerta con la casa en la que residían víctima y el presunto asesino, a la una de la madrugada, Francisco Javier llamó a su puerta gritando: "¡Dios mío, Dios mío, ¿qué he hecho?! ¡Mi chica!", y con sangre en las manos, tras lo cual le confesó que "había matado a su esposa".

Después de escuchar sorprendido el testimonio del presunto asesino, el joven se acercó a su casa para ver si podía hacer algo para salvar la vida de Ana Belén, pero ya era demasiado tarde. "Era una escena de película, era increíble, había mucha sangre por todas partes", explicó describiendo la escena del crimen.

La Policía acudió al lugar de los hechos minutos más tardes, avisados por teléfono tanto por los vecinos como por el propio asesino, que espero en su vivienda la llegada de los efectivos policiales. Al llegar estos, Francisco Javier admitió ser el autor del asesinato y no mostró resistencia alguna al ser detenido. "He sido yo, podéis llevarme", les espetó.

Asimismo, Rodrigo comentó el presunto asesino de Ana Belén era un chico de unos 35 años aproximadamente, de complexión "fuerte" y alto y destacó que "jamás" se había mostrado agresivo, sino que era "muy tranquilo". Al parecer, Francisco Javier recibía tratamiento psiquiátrico, según le había reconocido él mismo al joven.

UN CHICO MUY TRANQUILO

Además, indicó que aunque él no tenía mucho trato con la pareja, esta parecía "normal", por lo que jamás habría imaginado que ocurriera algo como lo sucedido esa trágica noche, ya que nunca los había escuchado discutir, a pesar de la cercanía de ambas viviendas.

La notaría en la que Ana Belén trabajaba a diario como secretaria, cerró en el día de hoy y en su puerta, un cartel advertía de que el negocio no se encontraba abierto "por defunción".

A mediodía, otro cartel fue colocado en el portal del número 109 de la calle Florida, lugar en el que residían Francisco Javier y Ana Belén, en el que se informaba de lo ocurrido y en el que también se podía leer que "sus apenados padres, Antonio y Consuelo, hermanos, tíos, primos y demás familia" rogaban una oración por su alma.

El cadáver de la joven fue trasladado al tanatorio de Aranjuez, situado en el polígono Chacón y, posteriormente, será trasladado a la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, donde se oficiará el funeral 'corpore insepulto', mañana sábado a las 11.30 de la mañana. Finalmente, recibirá la sagrada sepultura en el cementerio de Santa Isabel de Aranjuez.