MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Cruz Roja de Sudán del Sur han alertado del rápido aumento de las necesidades de alimentos y el deterioro de las condiciones de vida en el país africano y han señalado que ambas organizaciones han proporcionado alimentos para 250.000 personas desde que empezó la crisis.
"La situación humanitaria es desastrosa y con la llegada de la estación de lluvias posiblemente seguirá deteriorándose. Las lluvias dificultan el suministro de socorros porque las carreteras se vuelven intransitables y las pistas de aterrizaje se convierten en lodo", ha señalado el jefe adjunto de la delegación del CICR en Sudán del Sur, François Moreillon.
"Si no mejoran las condiciones de seguridad en el país y si el acceso sigue siendo problemático, es posible que aumente la inseguridad alimentaria a la que actualmente hacemos frente y que dure mucho más tiempo", ha añadido Moreillon.
El CICR ha informado de que se han distribuido víveres en los estados de Lagos, Unidad, Alto Nilo, Warrap, Jonglei, Bahr el Ghazal del Norte y Bahr el Ghazal Occidental. Además, la organización ha señalado que desde el pasado mes de mayo se han lanzado desde aviones grandes cantidades de alimentos y otros suministros. El personal sobre el terreno de CICR se ha encargado de evaluar las necesidades de la población y de tomar las medidas necesarias para la recogida de los suministros lanzados desde el aire.
PRIMERA OPERACIÓN AÉREA DESDE 1997
"Junto con los voluntarios de la Cruz Roja de Sudán y la comunidad local, (el personal sobre el terreno) se asegura de que la ayuda sea distribuida de forma equitativa a las personas que más la necesitan", ha explicado Moreillon, quien ha recordado que no se lanzaban suministros desde el aire desde 1997, cuando se hizo en el norte de Afganistán. Estos equipos han creado un registro de datos para repartir los suministros.
La organización ha lanzado desde el aire 294 toneladas métricas de víveres, cantidad que se estima que podría alimentar a 40.000 personas, y cerca de 60 toneladas métricas de semillas de sorgo, gombo, calabaza, maíz y frijol para mitigar la inseguridad alimentaria y apoyar los cultivos durante la estación de siembra.
También ha confirmado que miles de personas en el condado de Leer, en el norte del país, han recibido alimentos y semillas recientemente. Una vecina de un pueblo del condado que quedó arrasado por los enfrentamientos ha asegurado que "se le partió el corazón" a ver "tanta destrucción" y ha lamentado que va a ser necesario "mucho tiempo" para reconstruir la localidad. Asimismo, ha recordado que "hacen falta alimentos y atención médica".
Otra persona, que huyó cuando comenzaron los combates, ha señalado que encontró su casa destruida cuando regresó a su localidad de origen, motivo por el que ahora vive junto a su familia debajo de un árbol. "Lo que ocurrido este año es diferente. Mis hijos se alegrarán mucho cuando vean que les llevo alimentos", ha reconocido.
Moreillon también ha destacado que el aumento de la asistencia alimentaria en la región se debe a la alta concentración de desplazados, de los que muchos proceden de Mayendit, Bentiu, Malakal y Koch. "Hay que tener en cuenta a las personas que regresan después de estar desplazadas en otros lugares del condado de Leer. Centramos nuestros esfuerzos en las partes más aisladas del país, donde el acceso a los mercados es más difícil y donde la situación de seguridad alimentaria es la más preocupante", ha añadido el subdirector del CICR.
SITUACIÓN "MUY GRAVE"
El coordinador de socorros del CICR, Asma Jaliq Awan, ha calificado la situación de "muy grave". "Duele ver a tantos niños llegar en desbandada a la zona donde se lanzan los socorros para recoger a toda prisa los granos de sorgo que quedan esparcidos por el suelo después de cada distribución", ha lamentado Awan.
También ha advertido de que las pocas familias que tienen ganado están acabando con él para poder hacer frente a las necesidades alimentarias y ha asegurado que casi ninguna de ellas tiene semillas para plantar.
El CICR también ha proporcionado agua limpia para 230.000 personas desplazadas y originarias de comunidades en regiones afectadas por el conflicto, así como a centros de detención y salud repartidos por el país. Asimismo, ha visitado a más de 4.000 personas recluidas en diferentes lugares de detención y ha posibilitado que se realicen más de 10.000 llamadas telefónicas en diferentes campamentos con la intención de que las personas desplazadas se pongan en contacto con sus familiares.
Por otro lado, el CICR ha recordado a las partes involucradas en el conflicto que tienen que cumplir con las obligaciones impuestas por el derecho internacional humanitario. "Destacamos la obligación de dar un acceso sin obstáculos a los trabajadores humanitarios y de salud y la obligación de respetar a la población civil, así como a los heridos, a los enfermos, a los prisioneros y a las personas que han dejado las armas", ha declarado Moreillon.
El CICR también ha informado que desde que comenzó la emergencia, a mediados del pasado mes de diciembre, se han realizado cerca de 2.000 intervenciones quirúrgicas en doce centros de salud locales, además de haberse proporcionado suministro médicos a 34 centros de primeros auxilios, así como material para apósitos que han utilizado los voluntarios de la Cruz Roja de Sudán del Sur en más de 5.000 casos.